Casi 40 años después de su asesinato, el sacerdote católico más venerado de El Salvador será canonizado el próximo domingo por el papa Francisco en el Vaticano.
Sin embargo, el largo y accidentado proceso para superar las pruebas, testimonios, campañas, barreras y negociaciones de la Congregación para la Causa de los Santos ha terminado primero que otro por el que se comenzó a abogar antes: que los responsables de su muerte sean juzgados.
El pasado miércoles, mientras cientos de salvadoreños tomaban aviones hacia Roma para participar en la ceremonia, que se espera que abarrote la Plaza de San Pedro, otro numeroso grupo de personas tomó las calles de la capital con gritos de justicia y pancartas
Marcharon ante un tribunal de Justicia para pedir que se agilice el proceso de investigación sobre el crimen, del que nada se sabe pese a que la causa fue reabierta hace más de un año.
«Monseñor Romero encabeza la lista de las víctimas de la impunidad en este país y es una vergüenza que le hagan santo y todavía aquí no le hagan justicia «, asegura a BBC Mundo José Lazo, coordinador de Probúsqueda, una ONG que busca desaparecidos de la Guerra Civil (1980 y 1992).
«El hecho de que todavía no se hayan sentenciado a los responsables de su muerte y que no se esté haciendo prácticamente nada para encausarlos es un símbolo de cómo la justicia no ha llegado para los que sufrieron en carne propia el conflicto armado», considera.
En el año 2000, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos condenó al gobierno de El Salvador por la falta de acciones para esclarecer el asesinato del obispo y por no garantizar la reparación de las víctimas de la guerra a través de un proceso judicial adecuado.
Pero casi dos décadas después, un oscuro letargo envuelve el mecanismo legal para identificar los autores de la muerte del arzobispo.
Y, también, de las casi 100.000 personas que perdieron sus vidas o de los otros tantos que quedaron marcados para siempre por el largo enfrentamiento entre el Ejército y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional.
En busca de justicia
El 24 de marzo de 1980, a las 6:30 de la tarde, un estruendo sacudió la pequeña capilla del hospital para cancerosos de la Divina Providencia, en San Salvador.
Un francotirador había disparado desde un auto contra monseñor Romero mientras celebraba la misa.
Un día antes, durante una homilía en la Catedral de San Salvador, el líder de la Iglesia católica de El Salvador había llamado a los militares a desobedecer las órdenes de reprimir y matar «al pueblo» .
Fue su sentencia de muerte.
Las mentes y las manos detrás del crimen fueron por años un misterio.
Un informe de la Informe de la Comisión de la Verdad de Naciones Unidas en 1993 (creada por los acuerdos del proceso de paz que puso fin a la guerra civil en El Salvador) responsabilizó a los escuadrones de la muerte que dirigía el coronel, ya fallecido, Roberto D´Aubuisson (murió en 1992, de cáncer en la lengua) , líder de la inteligencia política y fundador del partido Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), que gobernaría el país durante dos décadas.
Señalaban a otros militares: los capitanes Alberto Saravia y Eduardo Ávila, así como a Fernando Sagrera y Mario Molina, entre otros.
Pero una ley de amnistía de 1993 impidió entonces cualquier proceso en su contra.
23 años después, la ley fue declarada inconstitucional y derogada.
El Caso Fresno
A inicios de 2004, luego de muchos esfuerzos, idas y venidas, parecía que por primera vez se haría un poco de justicia.
En aquel entonces, organizaciones civiles y familiares de Romero contaron con la ayuda de una asociación de abogados de San Francisco.
Habían descubierto que en Modesto, California, vivía Alberto Saravia uno de los presuntos responsables del asesinato .
El excapitán Saravia fue finalmente condenado en septiembre de 2004 por un tribunal civil de Fresno a pagar US$10 millones a los familiares del obispo.
Saravia se dio a la fuga y sigue oculto. Ya en la clandestinidad concedió una entrevista al periodista Carlos Dada, donde aceptó su participación en el complot para dar muerte a monseñor Romero .
Sigue siendo la única persona condenada en alguna instancia judicial por el crimen.
Amado Antonio Garay, el chofer que llevó al francotirador hasta la capilla de la última misa de Romero (y quien en 1987 confesó su participación y la de Saravia) vive en Estados Unidos como testigo protegido por el gobierno.
Otros supuestos responsables han muerto o «desaparecido».
» Lo cierto es que en el asesinato participaron muchas más personas», asegura a BBC Ovidio Mauricio, director de Tutela Legal Maria Julia Hernández, la agrupación de derechos humanos que solicitó la reapertura de la causa penal por la muerte del obispo en 2017.
«Nosotros hemos rastreado hasta más de 30 personas que estuvieron involucradas, desde grupos financieros que actuaron desde Miami, hasta familias acomodadas de El Salvador «, afirma.
Laberinto legal
Pero pese a los esfuerzos de organizaciones civiles y de derechos humanos de El Salvador, el proceso legal por el asesinato de Romero parece continuar en el mismo limbo de silencio.
El gobierno se negó a investigar lo sucedido hasta 2009, cuando llegó al poder Mauricio Funes, un presidente de izquierda, que terminó con el largo gobierno de ARENA. Durante su gobierno se reabrió la investigación en acato a una orden del año 2000 de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Sin embargo, no se realizó ningún intento de llevar el caso nuevamente ante los tribunales hasta 2017, cuando Tutela Legal obtuvo los permisos de los familiares del obispo para constituirse como querellante.
«Hace un año presentamos nuevamente la causa. Pero hasta ahorita el juez no ha hecho ninguna diligencia. Aún continúa en la primera fase, que es la llamada fase de instrucción. Esto a pesar de que le hemos solicitado en varias ocasiones al juez que citen personas y que se tomen diversas medidas, pero nada se ha hecho «, comenta Mauricio.
«Ayer presentamos una nueva carta solicitando al juez que tome algunas diligencias. S e dice que se pronunciará después de la canonización, pero todo es incierto «, añade.
Ampliamente venerado en El Salvador
Desde la Fiscalía General, Salvador Martínez explica que se trata de un proceso sumamente difícil de investigar, puesto que por el paso de los años, mucha de la evidencia ya no existe o se ha tratado de encubrir por décadas.
«Un aspecto es que este caso se está tratando con el Código Penal de 1973, que es el que pertenece a cuando ocurrió el asesinato. Entonces el papel de la Fiscalía en este caso es muy limitado, porque es el juez quien tiene la potestad legal para investigar lo sucedido», comenta a BBC Mundo.
De acuerdo con Martínez, actualmente su institución realiza un análisis para solicitar diligencias al juez a cargo del caso.
«Pero todavía no se sabe qué se va a solicitar, el análisis no está claro todavía y no es que se vaya a pedir una nueva reapertura desde la Fiscalía», reconoce.
En su criterio, esa institución no cuenta con los recursos para investigar los crímenes ocurridos durante la guerra, por lo que se ha visto en la necesidad de reorientar fiscales y departamentos con este fin. Aunque, señala, no dan abasto para esto.
Lazo, por su parte, considera que la dilación en el proceso para investigar el asesinato de Romero es una muestra de la «inacción de la justicia» ante las fuerzas que controlan el país.
«Una cosa es que tengamos un gobierno de izquierda y otra quiénes tienen realmente el poder. Es la influencia real de esos grupos la que impide que se haga justicia», opina.
El activista considera que el proceso legal por el asesinato del obispo es una deuda de memoria histórica con las víctimas del conflicto armado y un primer paso para el fin de lo que califica de «impunidad».
» En el caso de Romero hemos sido testigos de varios tipos de impunidad que afectan también a otras víctimas de la guerra civil «, señala.
«La impunidad jurídica, que es permitir que los culpables sigan libres; la histórica, que es negar su asesinato y la influencia de su figura. Y, también, la moral: porque muchos de los que ahora celebran la canonización fueron los que se opusieron a ella, o los que lanzaron cohetes e hicieron fiestas cuando lo mataron. Incluidos miembros de la propia Iglesia», opina.
Lazo, como muchos en El Salvador, esperan que las luces, la visibilidad y la alharaca de la canonización el próximo domingo sirvan de impulso para que la justicia finalmente llegue a su país.
Otros ya han perdido la esperanza.
* Con información de BBC
Los millonarios catolicos tuvieron la idea de eliminar a Romero y utilizaron al escuadron de la muerte liderado por D’Abuisson. Ojala que algun dia se lleve ante la justicia a dichos millonarios que dicho sea de paso, eran colaboradores economicos de la iglesia catolica.
TAMBIEN EL MALIGNO CRIMINAL LLEGO ANTES AL INFIERNO COMO PENAL ETERNO QUE A SU TRIBUNAL.
Porque a quien les correspondía nunca mostraron voluntad para deducir responsabilidades, desde el fiscal después de su asesinato hasta el actual de apellido Melendez, Las cartas están echadas sobre la mesa, investigaciones de terceros han comprobado que el autor intelectual Mayor Roberto D’aubuison Arrieta y oligarcas que lo financiaron, los autores materiales esbirros formados en la tristemente celebre y genocida Guardia Nacional. Pero nunca ha existido, existe ni existirá voluntad para llegar hasta las ultimas consecuencias.
Que bello que su LUZ SE ALZA JUBILANTE! Como alumbrando una esperanza a nuestra gente, a nuestros martires, desaparecidos, masacrados y torturados de aquella epoca. Que GRAN BENDICION PARA NUESTRO PUEBLO ESTE BELLO RECONOCIMIENTO DE AMOR! Sus asesinos y sus atacandes de ayer y ahora rechinan sus dientes al no poder DETENER SU BRILLO, SU LUZ en todo el mundo! Bendito eres Msr. Bendito fuiste siempre por eso te ASESINARON, pero no pudieron DETENER TU CLAMOR DE JUSTICIA, AMOR Y PAZ. hoy seran publicamente reconocido. Pero muchos sabemos que siempre FUISTE UN SER DE LUZ, AMOR Y ESPERANZA para nosotros.… Leer más »
Los idólatras entrarán al infierno antes que el o sus asesinos. Un hombre que murió por sus ideas puede considerarse muchas cosas, pero por mucho que el papa lo proclame “santo” o los supersticiosos manipulados por los políticos quieran que sea un santo, no lo es. Solo Dios determina quien es Santo, no es asunto de gabanudos y mucho menos de ideologizados ateos. Redactores de la página tengan valor de defender la verdad, publiquen este comentario. Su objetividad está en duda.
LOS VERDADEROS SICARIOS ESTAN EN EL PRESENTE GABINETE DALVSDOREÑO COMO LOOS VERDADEROS CRIMINALES DE PEDRO JOAQUIN CHAMORRO EN MANAGUA NICARAGUA PARA LOGRAR APOYO DE MANERA INTERNACIONAL AL CULPAR A EL OTRO CRIMINAL DE ANASTSIO SOMOZA A QUIEN MO HABIAN PODIDO VENCER CON LAS ARMAS PERO SI CON EL ASESINATO DE ESTE PERIODISTA NICARAGUENSE QUE AÑOS MAS TARDE LOGRARON CONVENCERNOS A SU VIUDA PARA QUE PARTICIPARAEN ELECCIONES SIN SIQUIERA IMAGINAR QUE ESTA GANARIA PRESIDENCIA Y QUE LUEGO ENCONTRARA EN EL SANDINISMO A LOS VERDADEROS ASESINOS DE SU ESPOSO Y QUE AL TERMONAR SU PERIODO DESAPARECIO DE LA SUCIA POLITICA DE IGUAL… Leer más »
El problema es que a pesar de lo que investigo la Comision de La Verdad, nadie fue ni ha sido llevado a juicio y el caso aun esta bajo investigacion. Segun nuestra constitucion politica, nadie es culpable hasta no haber sido vencido en juicio. Mientras no halla juicio penal que demuestre la culpabilidad, se presume que un individuo es inocente. La Comision de la Verdad no actuo en forma imparcial y muchos de los crimenes cometidos por la izquierda fueron pasados por alto (ncluso el asesinato de un tio mio cuya unica culpabilidad era la de ser alcalde). Creo que… Leer más »
Los pueblos necesitan símbolos y en latinoamérica lo usual es que sean sangrientos. Romero fue ninguneado por Juan Pablo II y su Vaticano le abandonó a su suerte…su martirio fué anunciado y sentenciado por los que se suponían suyos, los escuadrones hicieron el resto. Semejante ignominia es ahora disimulada con la concesión de la santidad, el mayor premio o reconocimiento que su confesión otorga aún a regañadientes y extemporáneamente con un mea culpa no revelado. A los salvadoreños les da igual el cinismo de la iglesia, su servidumbre se alegra con el ascenso del hombre al ya congestionado Olimpo cristiano,… Leer más »