La NASA comunicó a la población en general que perdió contacto con la nave espacial Voyager 1 que fue lanzada desde la tierra hace 46 años. El problema puede radicar en la antena de comunicación, que no permite mantener una eficiente comunicación con la tierra.
Buena parte del reto que está enfrentando la NASA, para resolver la complicación, yace en que, tras casi 50 años de travesía, la Voyager 1 se encuentra a unos 24 mil millones de kilómetros de la Tierra, mientras se desplaza a una velocidad superior a los 60 mil kilómetros por hora. De modo que cualquier orden que se mande desde la Tierra a la sonda tarda en llegar cerca de 23 horas.
La computadora dañada recoge datos de los instrumentos científicos, así como de ingeniería sobre la salud y el estado de la nave espacial. Luego, el subsistema con el cual está conectada combina esa información y la manda a nuestro planeta.
El caso es que, en las últimas semanas, esos mensajes, que deberían ser inteligibles para los expertos, muestran patrones repetidos que no tienen ningún sentido.
Es que la nave ha empezado a mandar un patrón repetitivo de unos y ceros a la Tierra, como si estuviera “atascada”. La nave ejecuta sin problemas las instrucciones que recibe de los controladores de misión de la NASA, pero los datos científicos y de ingeniería que envía de vuelta han dejado de ser útiles para los ingenieros que la operan desde el centro de control de la Agencia Espacial Estadounidense.
Pese a las trabas, los ingenieros de la NASA están trabajando para corregir la anomalía, aunque se estima que esto podría tomar todavía varias semanas más.
Tras detectar que la fuente del problema era el sistema de datos de vuelo, el equipo de la NASA decidió reiniciar la sonda para intentar devolverla al estado en el que se encontraba antes. No obstante, Voyager 1 siguió enviando datos inutilizables y, en los últimos días, los investigadores han descubierto que dicho instrumento espacial está perdiendo su capacidad de comunicarse.
La NASA sigue trabajando para resolver un problema comunicado en diciembre con una de las tres computadoras a bordo de la veterana nave interestelar Voyager 1, llamada sistema de datos de vuelo (FDS). “Podemos hablar con la nave espacial y ella puede escucharnos, pero es un proceso lento dada la increíble distancia de la nave espacial a la Tierra”, explica la agencia en una de sus cuentas en X. Las órdenes de los controladores de la misión en la Tierra tardan 22,5 horas en llegar a la Voyager 1, que está explorando las regiones exteriores de nuestro sistema solar a más de 24.000 millones de kilómetros de la Tierra.
Eso significa que el equipo de ingeniería tiene que esperar 45 horas para obtener una respuesta de la Voyager 1 y determinar si un comando tuvo el resultado deseado. La nave espacial, lanzada en 1977, recibe y ejecuta comandos enviados desde la Tierra; sin embargo, el FDS no se comunica correctamente con uno de los subsistemas de la sonda, llamado unidad de telecomunicaciones (TMU).
“Como resultado, no se envían datos científicos o de ingeniería a la Tierra”, informó la NASA en diciembre. Anteriormente, la TMU había comenzado a transmitir un patrón repetitivo de unos y ceros como si estuviera “atascada”. Después de descartar otras posibilidades, el equipo de la Voyager determinó que la fuente del problema era el FDS. El equipo intentó primero reiniciar el FDS y devolverlo al estado en el que se encontraba antes de que comenzara el problema, pero la nave espacial no envió datos utilizables.