Como cada 3 de mayo, desde 1993, se celebra hoy el Día Mundial de la Libertad de Prensa. Sin embargo, no hay mucho para celebrar, puesto que el libre ejercicio del periodismo está seriamente comprometido en muchos países y la situación está lejos de mejorar en los últimos años.
«Cada vez más jefes de Estado electos democráticamente ven a la prensa como un adversario», advirtió Reporteros Sin Fronteras (RSF) en su Ranking Mundial de la Libertad de Prensa 2018, presentado el mes pasado.
En su informe anual, la organización con sede en París apuntó especialmente contra los países «autoritarios” como Turquía o Egipto, que han caído en la “mediafobia”, al punto de acusar de “terrorismo” a numerosos periodistas y de encarcelar de forma arbitraria a los que no les son leales».
Si bien en el continente americano RSF da cuenta de una «ligera mejora», hay numerosos países en los que persisten los problemas. La impunidad, la violencia contra los periodistas y las políticas autoritarias frente a la prensa son algunos ejemplos. Lo cierto es que América Latina es escenario de algunas de las violaciones más graves que se registran contra la libertad de informar en el mundo. El ejemplo más reciente fue el asesinato de tres periodistas ecuatorianos en la frontera con Colombia, donde el reportero Javier Ortega, de 36 años; el fotógrafo Paúl Rivas, de 45, y el conductor Efraín Segarra, de 60, recababan información sobre los ataques perpetrados por disidentes de las FARC en la zona de Mataje, en la provincia de Esmeraldas (noroeste) y ahí fueron secuestrados por el frente liderado por el Grupo Armado Residual Oliver Sinisterra. El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, confirmó que fueron ejecutados el 13 de abril.
Por su parte, México, donde 11 periodistas perdieron la vida el año pasado, se convirtió en el segundo país más mortífero para la prensa en 2017, destacó RSF. «Si los periodistas cubren temas relacionados con la corrupción de las autoridades, sobre todo a nivel local, o que tienen que ver con el crimen organizado padecen intimidaciones, agresiones o pueden incluso ser asesinados a sangre fría», indicó el director para América Latina de RSF, Emmanuel Colombié.
Por su parte, Venezuela, en donde según la ONG, el gobierno del presidente Nicolás Maduro «siguió distinguiéndose por sus excesos autoritarios», registró la mayor caída del continente en materia de libertad de prensa, perdiendo seis lugares en la lista.
«Nicolás Maduro se empeña en hacer callar a la prensa independiente y sigue controlando la información», dijo Colombié. En 2017, RSF registró un número récord de detenciones arbitrarias, de actos de violencia contra periodistas, en las manifestaciones por ejemplo, a manos de las fuerzas del orden y de los servicios de inteligencia venezolanos.
Para RSF, al impedir la labor de los periodistas, el Gobierno de Maduro «busca que no se conozca la magnitud de la grave crisis política que sacude al país».
Cuba, donde el «régimen castrista monopoliza casi por completo la información», sigue siendo el país peor calificado del continente (172º); mientras que Costa Rica, que cuenta con un «sólido marco legal en materia de libertad de información» es el mejor valorado (10º).
Por su parte, El Salvador se encuentra en el puesto número 9° en el ranking de América Latina.
A nivel mundial, Noruega y Corea del Norte conservan el primer y último puesto del ranking de RSF. Siguen al país nórdico al tope del ranking Suecia, los Países Bajos, Finlandia y Suiza.
Por otra parte, aunque el continente europeo siga siendo la zona geográfica donde la libertad de prensa se encuentra menos amenazada, también se han multiplicado los casos de «violencia verbal» de líderes políticos contra la prensa, denunció RSF. De los cinco países que experimentaron los mayores descensos en la clasificación, cuatro son europeos: Malta (65º, -18), República Checa (34º, -11), Serbia (76º, -10) y Eslovaquia (27º, -10).
Filipinas, donde el presidente Rodrigo Duterte «acostumbra a insultar y amenazar a los medios de comunicación», cayó seis puestos (133º), mientras que la India, donde «los discursos de odio contra los periodistas son ampliamente difundidos en las redes sociales (…) a sueldo del primer ministro, Narendra Modi», perdió dos (138º).
Siria, que está entre los cuatro con menor libertad de prensa en el planeta, sigue siendo el país en el que mueren más periodistas.