El Pabellón Ariake fue escenario de uno de los momentos más épicos que tendrá la XXXII edición de los Juegos Olímpicos cuando el equipo ruso se quedó con la medalla dorada en la categoría por equipos en una definición agónica contra los conjuntos de Japón y China. Finalmente, los europeos pudieron hacerse con una victoria que los devuelve a la cumbre tras 25 años.
En una reñida competición, Rusia encabezó la tabla con 262,500 puntos contra los 262,397 de Japón y los 261,894 de China para cortar la dinastía de los gigantes asiáticos. En una contienda pareja, los europeos vencieron en salto y anillas, los nipones en suelo y barra, mientras que los chinos lo hicieron en caballo con arco y paralelas.
La conquista rusa recién se consumó en el último salto del elemento final, cuando la estrella Nikita Nagornyy obtuvo un 14,666 (precisaba al menos 14,563) a pesar de no tener su mejor rendimiento.
El campeón del mundo y Artur Dalaloyan realizaron los seis ejercicios, pero fue David Belyavskiy quien sobresalió en caballo con arco y paralelas, y Denis Abliazion en anillas, en una actuación honorífica y ejemplar de lo que es la labor en equipo.
Los cuatro miembros que se colgaron la medalla dorada habían vaticinado su éxito al obtener el campeonato mundial de 2019. Al ver la puntuación que selló la victoria, el cuarteto se tiró al suelo, desbordados por gritos de algarabía y lágrimas.
Este equipo masculino ruso ahora puede pararse en el pedestal de la historia de la gimnasia artística al ser los primeros en coronarse desde Atlanta 96. Los últimos cinco Juegos Olímpicos se los repartieron entre Japón y China quienes, en ese orden, hoy conformaron el podio.