Estados Unidos devolvió este miércoles a Colombia 29 piezas precolombinas que habían sido expoliadas durante décadas por un coleccionista privado, al que el embajador de Bogotá en Washington, Francisco Santos, calificó como un «Indiana Jones moderno» que tenía un museo en su casa.
«Este coleccionista era un Indiana Jones moderno, acuérdese que lo que hacía Indiana Jones era robarse todas las cosas del patrimonio cultural de otros países», dijo a la prensa Santos durante la ceremonia de restitución, celebrada en la Embajada de Colombia en Washington.
«Esto era lo que este señor era, pero era un viejito de 90 años que tenía un museo», contó el embajador al recibir 29 piezas de cerámica originarias del altiplano de Nariño y de zonas del Caribe.
Durante la ceremonia se restituyeron 29 piezas de cerámica y en la jornada, otras 11 piezas más frágiles serán entregadas en Bogotá.
El FBI recibió una denuncia de que un coleccionista privado en el estado de Indiana tenía miles de piezas de Colombia, China, Estados Unidos y Nueva Guinea.
«Los objetos devueltos hoy son parte de la mayor colección de arte y de productos culturales jamás recuperadas por el FBI en una sola investigación», indicó Maxwell Marker, encargado de la sección de crimen organizado transnacional para el Hemisferio Oriental.
El coleccionista, que recolectó los objetos durante toda su vida, falleció poco después de ser descubierto, por lo que la justicia no levantó cargos.
«Tenía miles de objetos, tenía un museo literalmente, y la mayoría de esos objetos eran de indígenas americanos», comentó Santos.
El embajador relató que el hombre era comerciante y que la arqueología era su hobbie. «Su hobbie era viajar por todo el mundo recogiendo estas piezas y robándose el patrimonio cultural», explicó el embajador.
«Se nota que era uno de esos coleccionistas que iba a Colombia e iba a los sitios, debía tener muchos amigos guaqueros (personas que extraen tesoros ocultos), y ahí se las debía comprar por dos pesos (muy barato)», comentó.
«O es ‘chimba’ o es una joya»
Santos revisó todas las piezas y quedó admirado con un cuenco beige con dibujos de color ocre.
«De verdad que es sorprendente, o es ‘chimba’ (falsa) o es una joya. Yo este dibujo en una pieza nunca lo había visto», dijo, y aclaró que le corresponde al Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH) valorar las piezas e intentar identificarlas.
Para Santos, el principal problema, además de la expoliación, es que cuando esta se produce se pierde información valiosa de los yacimientos.
«Si no hay controles en las aduanas ni hay controles en las migraciones esto seguirá pasando, son tesoros muy apreciados», concluyó el embajador.