Las burbujas de la llegada de Solari desparecieron a puñetazos en Ipurua. El corajudo Eibar, bien plantado, valiente y tenaz, se llevó por delante al ganador de las tres últimas Copas de Europa [narración y estadísticas]. Sí, el Eibar. Sí, un 3-0 que pudo ser un 5-0. Es decir, un ridículo espantoso del Real Madrid cuando venía con el viento de cola de cuatro triunfos seguidos.
El frenazo en seco es terrible para el equipo y para el club tras haber confirmado al técnico argentino en el puesto. Un resultado desastroso para la Liga, justo el sábado donde el Atlético-Barça invitaba a pensar en un recorte de puntos, y fatal para algunos futbolistas, muy señalados en semejante barrigazo.
Ni Bale apareció ni Asensio tiró del famoso carro. Sólo Benzema arriba le puso carácter, mientras todos echaban de menos al lesionado Casemiro. El Madrid en tres meses de Liga ha perdido en Mendizorroza, en Ipurua, en casa ante el Levante y se llevó cinco en el Camp Nou. Su Liga está siendo un bochorno.
El Eibar salió a por el Madrid como si le debiera dinero. Intenso, directo, tozudo. !Hasta tres rivales presionaban a Sergio Ramos en su propia área a la hora de sacar la pelota! Mucho estrés para la hora que era, debieron pensar los blancos, mirando el reloj. Al vermú estaban jugando al fútbol ante un adversario que no paraba de correr. Intentaba devolver el equipo de Solari ese afán por la recuperación rápida, pero le duraba poco el aliento, confiado en que los de enfrente se fueran atemperando.
El disparo a la escuadra de Kikie García echó más gasolina a los suyos. Se revolvió desde muy lejos para enganchar una pelota botando. El chut fue tan desgarbado, de pachanga de domingo, como peligroso. Sólo los brazos kilométricos de Courtois evitaron el golazo, tocando con las yemas la pelota.
Al momento respondió Bale con otro disparo precioso, que fue dentro pero acabó anulado por fuera de juego. Intentaba Modric saltar la adelantada línea defensiva de Mendilibar con pases profundos, pero sin precisión. Un par de fueras de juegos, uno dudoso, apagaron ese rato donde los blancos pudieron adelantarse. La más clara se la inventó Benzema, en asistencia lateral de Asensio. Tumbó a un rival con un toquecito pero en el segundo, por encima del portero, se quedó flojo de fuerzas. La limpiaron de la línea.
Iba a todo tren el encuentro, divertidísimo, con opciones cruzadas, más alegre de lo que necesitaba un Madrid con piezas recién salidas de la enfermería y otras castigadas por los partidos de selecciones. El 11 de Solari era de tarde seria, sin especular nada pensando en la cita de Roma el martes. La victoria se presentaba indispensable para seguir su racha inmaculada en el banquillo y aprovechar ese Atlético-Barça para seguir recuperando terreno en la tabla. Aspiraciones teóricas, porque la actitud general nada tuvo que ver con ambición alguna.
Pagó el Madrid su modorra en un córner a favor, sacado en corto. El balón acabó en un disparo pobre de Ceballos, utilizado por el Eibar como catapulta. Salieron como lobos los armeros, mientras los blancos trataban de regresar hacia su área siempre en desventaja. A Marcelo, de vuelta tras su lesión, se le notó la falta de rodaje en esa carrera hacia el área de Courtois. Cucurella. chico Barça de La Masía, lo hizo muy bien por la izquierda, profundo en la llegada y preciso en el pase al área, donde Escalante terminó metiendo el balón en la portería tras varios rechaces.
El linier pitó fuera de juego, pero el VAR vino a corregirle. Gol con retardo gracias a la ayuda arbitral. El técnico local, Mendilibar, muy crítico desde principios de la temporada con el novedoso sistema, celebró con ganas el 1-0. El Madrid se quedó tocadísimo desde ese momento, deshecho y sin energías para pelear. Bale en la primera parte sólo apareció con un tiro de falta que paró Riesgo.
Segunda parte ruinosa
El desplome blanco, el regreso al lodo que parecía haber olvidado con el despido de Lopetegui, vino en la segunda parte, devorado por el interés del Eibar, que en vez de acomodarse atráse n ventaja, continuó apretando como si fuera el primer minuto del choque. Así llegó el 2-0, gracias a la presión de Cucurella sobre un blando Odriozola, superado y lesionado en la misma jugada. El lateral catalán la puso al área para que Enrich cruzara ante Courtois.
El Eibar no dejó ni masticar el golpe al Madrid. Al momento, marcó el tercero, otra vez Cucurella, un demonio por la izquierda, marcándose uno de esos partidos que valen un regreso al Barcelona. Ahora centró al área pequeña, donde Kike García remachó ante la dejadez de la zaga blanca, Ramos en este caso. El apuro afloraba en los rostros madridistas por el feo marcador, por volver a la casilla de salida que pensaban habían abandonado con Solari en le banquillo.
Sólo Courtois evitó el cuarto, dos minutos después, sacando una mano soberbia al disparo de Orellana. Los jugadores del Eibar, sobrados, se atrevían incluso a tirar caños en el área del rival. Normal, la fiesta era suya y el disgusto, del Madrid, aturdido por el chaparrón que le había caído encima en Ipurua. Imprevisible este equipo, capaz de marcarse su peor partido de la temporada cuando nadie lo esperaba. Ni juego, ni carácter ni reacción ante un soberbio Eibar.
https://youtu.be/B5SQIdTWzQ0