Aproximadamente el 10 % de la población mundial comparte una particularidad: ser zurdo. Este fenómeno, que ha despertado curiosidad a lo largo de los años, podría tener sus raíces en la genética, según revela una investigación reciente. Los científicos han descubierto variantes poco comunes en un gen, conocido como TUBB4B, que se encuentra con mayor frecuencia en individuos zurdos, siendo estos 2,7 veces más propensos a presentarlas.
Este hallazgo es intrigante, aunque estas variantes genéticas solo explicarían una mínima parte —aproximadamente el 0,1 %— de los casos de zurdera. No obstante, la investigación sugiere que el gen TUBB4B juega un papel crucial en el establecimiento de la asimetría cerebral, que a su vez influye en la preferencia de usar una mano sobre la otra.
La asimetría cerebral no es un concepto nuevo. Por lo general, cada hemisferio del cerebro se especializa en funciones distintas.
«La mayoría de las personas tienen un hemisferio izquierdo dominante para el lenguaje y un hemisferio derecho dominante para tareas espaciales», comenta Clyde Francks, neurobiólogo del Instituto Max Planck de Psicolingüística en los Países Bajos y autor principal del estudio publicado en Nature Communications.
Esta distribución de tareas también se extiende al control de la mano dominante, con la mayoría de las personas siendo diestras debido a la dominancia del hemisferio izquierdo. Pero ¿qué determina esta asimetría en los zurdos?
El estudio señala a los microtúbulos, estructuras celulares controladas por el gen TUBB4B, como actores clave en este proceso. Estas variantes genéticas ofrecen pistas sobre cómo se desarrollan las diferencias entre los hemisferios cerebrales desde el estadio embrionario, aunque el mecanismo exacto permanece como un misterio.
Los resultados se basan en datos genéticos de más de 350.000 adultos británicos de mediana y avanzada edad de un conjunto de datos denominado Biobanco del Reino Unido. Alrededor del 11 % eran zurdos.
Para la mayoría de las personas, la determinación de la mano dominante puede depender del azar. «Creemos que la mayoría de los casos de zurdera se deben simplemente a variaciones aleatorias durante el desarrollo del cerebro embrionario, sin influencias genéticas o ambientales específicas. Por ejemplo, fluctuaciones aleatorias en las concentraciones de ciertas moléculas durante etapas clave de la formación del cerebro», afirma Francks.
Zurdera ha sido infravalorada
A lo largo de los siglos, muchas culturas menospreciaron la zurdera e intentaron obligar a los zurdos a convertirse en diestros. En inglés, la palabra «right» también significa «correcto» o «adecuado» y la palabra «siniestro» deriva de una palabra latina que significa «del lado izquierdo», entre otras.
La prevalencia de la zurdera varía en las distintas partes del mundo, con tasas más bajas en África, Asia y Oriente Medio en comparación con Europa y Norteamérica, según Francks.
«Es probable que esto refleje la supresión de la zurdera en algunas culturas, haciendo que los niños zurdos cambien a diestros, algo que también solía ocurrir en Europa y Norteamérica», añadió Francks.
Los nuevos hallazgos podrían tener relevancia en el campo de la psiquiatría. Aunque la inmensa mayoría de los zurdos no padecen ninguna de estas afecciones, las personas con esquizofrenia tienen el doble de probabilidades de ser zurdas o ambidiestras, y las personas con autismo, el triple, según Francks.
«Algunos de los genes que funcionan en el cerebro en desarrollo durante los primeros años de vida podrían estar implicados tanto en la asimetría cerebral como en los rasgos psiquiátricos. Nuestro estudio encontró indicios de ello, y también lo hemos observado en estudios anteriores en los que analizamos variantes genéticas más comunes en la población», añadió Francks.