Cada segundo domingo de noviembre, El Salvador celebra el Día Nacional de las Pupusas, tradicional platillo culinario con orígenes precolombinos que ha distinguido a los salvadoreños a lo largo del tiempo y que sigue siendo el favorito de las familias.
De acuerdo con el Ministerio de Cultura de El Salvador, la pupusa es un alimento en constante renovación, que adquiere nuevos sabores a partir de la experimentación con ingredientes locales, tamaños e incluso colores, y se reconoce a la mujer salvadoreña como la transmisora de generación en generación de los conocimientos y transformaciones en su preparación.
Asimismo, el Ministerio de Cultura indica que la RAE ya incorpora la palabra pupusa, pero la reconoce erróneamente como una incorporación del nahuatl (lengua mexicana) al castellano hablado en El Salvador; pero vale la pena aclarar que el náhuat salvadoreño (sin L), conocido como pipil, fue la lengua que aportó la palabra.
«En el náhuat, el nombre original de la pupusa es «kukumutzin». La palabra pupusa probablemente deriva del verbo intransitivo «pujputzuka», que significa inflarse, que pudo haberse incorporado posteriormente a la llegada de los españoles, quienes introdujeron el queso a la dieta», indica la institución cultural del país.
Como parte de la celebración, en muchos lugares del país realizan actividades especiales, pero en Olocuilta, en el departamento de La Paz, donde se realza el festejo debido a que el primer Día Nacional de la Pupusa se celebró en ese lugar.
Este domingo 13 de noviembre, en Olocuilta están elaborando la pupusa más grande que jamás se ha hecho en El Salvador, según lo reporta la ministra de Turismo, Morena Valdez, a través de sus redes sociales.