La devoción al Divino Niño Jesús nació en la diócesis de San Vicente que abarca ese departamento y el de Cabañas a través de las novenas que se realizan del 17 al 25 de cada mes que comenzaron hace ocho años como una petición por la paz en el país y para recuperar el sentido propio de la navidad.
La iniciativa fue del presbítero Jesús Rodas, actual párroco de la iglesia San José de la colonia Espiga de Oro en dicha ciudad y que en 2011 ejercía como vicario en el municipio de Victoria, en Cabañas. Fue ahí y en esa época, donde la violencia y los asesinatos azotaban la zona y “con la primera Novena la situación cambió”, asegura el sacerdote.
Esa devoción a la santa infancia de Jesús que en un inicio le ayudó a formarse en el sacerdocio mientras estudiaba en el Seminario, aseguró, lo llevó a propagar su fé a nivel nacional, años más tarde.
“El 17 de junio de 2011 convoqué a la gente a hacer la Novena hasta el 25 de dicho mes pidiendo por la paz y la unidad de la parroquia de Victoria”, aseguró Rodas.
“Las maras habían puesto renta a todas las tiendas de la ciudad. En esos días apareció una muchacha decapitada, murió un adolescente de 15 años en un enfrentamiento policial a orillas de la ciudad. A las 7 de la noche toda la gente ya estaba encerrada por miedo. Esa situación cambió con la fe de la gente”, agregó.
De hecho, en los reportes de la Fiscalía General de la República (FGR) los asesinatos perpetrados por pandilleros en esa zona se dieron a la baja.
La devoción se fue propagando en las parroquias Santa Bárbara, Arcángel San Miguel, El Calvario, San Isidro, Guacotecti, Tejutepeque, Ilobasco, Santo Domingo, San Sebastian, Jutiapa, San Antonio, Santuario San Vicente, Apastepeque, todas de la misma diócesis y de donde fueron secundadas por otras en todo el país.
Todos estos acontecimientos, según el cura, fueron las causas de la devoción al Divino Niño Jesús, la representación del mismo Jesús que es venerada por miles de feligreses en todo El Salvador y cuya fe como intermedio se traduce en milagros que han sido pedidos por enfermos, “incluso todos aquellos que necesitan un empleo”, afirmó Jesús Rodas.
“Pude ser testigo de nueve sanaciones de cáncer con documentos médicos que al inicio confirmaban la enfermedad del cáncer y luego que había desaparecido; matrimonios que no podían concebir hijos y después de nueve embarazos malogrados logran tener uno, esposas que a los 43 años logran tener su primer hijo, niños que los doctores dicen que vienen con mal formaciones y que nacen sanos”, añadió.
Actualmente, esta devoción reúne a miles de católicos salvadoreños el día 25 de cada mes en sus parroquias para culminar las Novenas, el único requisito es su fe al Divino Niño Jesús. La fiesta más grande se celebra la noche del propio 25 de diciembre y es un acontecimiento aislado del consumismo o comercialización que abunda en esa época pero que reúne a más de 6 mil personas en la parroquia San José, de la colonia Espiga de Oro en San Vicente para celebrar la navidad o el gran acontecimiento del nacimiento del hijo de Dios.
“Cuando Jesús nace en Belén el 25 de Diciembre, nace en un ambiente de opresión por el mal y el pecado, los ángeles lo anuncian así a los pastores ‘Hoy les ha Nacido un Salvador, el Mesías el Señor’ Jesús hoy como ese día viene nuevamente y está queriendo despertar la esperanza en su pueblo Salvadoreño en este ambiente tan lleno de corrupción y violencia, viene como un niño que con su ternura nos mueve a acercarnos a él”, advierte el pionero de esta devoción.
DIOS los bendiga.
O sea, esto no se trata de fe sino de una competencia. Uffff que ignorancia más grande
Yo no creo que sea ignorancia cuando se trata de cosa buenas. La devoción al divino niño Jesús es algo que los católicos entendemos perfectamente.
Que viva el Divino Niño Jesús y felicidades a la Diócesis de San Vicente