Los más profundos secretos del ícono de la música, Freddie Mercury, han sido develados luego de que se hallaran una serie de manuscritos que datan de hace -por lo menos- 50 años.
La casa Sotheby’s comunicó tener en su poder estos papeles, que serán subastados en Londres entre el 4 de agosto y el 11 de septiembre pero, antes, se expondrán en Nueva York, Los Ángeles y Hong Kong en el marco de la gira “Freddie Mercury: A World of his Own”.
Su valor ronda entre USD 1 millón y USD 1,5 millones, estimó la firma, mientras que el catálogo completo -con unos 1.500 objetos varios pertenecientes al músico como la corona que se puso en el concierto de Wembley, laz zapatillas Adidas altas con las manchas de la última vez que las visitó, unas gafas de aviador, un brazalete con forma de serpiente y hasta un mini peine de 2 centímetros con el que se acomodaba el bigote- llega a los USD 7,2 millones.
Los borradores, que fueron “fácilmente desechados o perdidos” ofrecen una “inmersión fascinante en la manera en la que las canciones fueron desarrolladas y compuestas, al tiempo que nos recuerdan su complejidad musical y sofisticación”, declaró Gabriel Heaton, especialista en manuscritos de la firma y sumó que revelan el intenso trabajo y la “increíble atención” a la creación de las armonías vocales.
Entre los escritos destaca un borrador de 15 páginas escrito con bolígrafo y lápiz en hojas de una -ya inexistente- aerolínea, British Midlands Airways, que revela los múltiples giros que Mercury consideró durante la composición del éxito “Bohemian Rhapsody”.
Inclusive, se conoció que, inicialmente, el músico planeaba titular el tema como “Mongolian Rhapsody” pero finalmente tachó la primera palabra y optó por el nombre que se convirtió en un legado de la música.
El tema iba a incluir palabras inconexas como “matador” o “belladona” que, nuevamente, fueron quitadas de la versión final y sustituidas por “fandango”, “galileo” y “scaramouche”, aunque conservan el tinte de incoherencia.
Los demás borradores -guardados en un cuaderno amarillo de espiral de 24 páginas, contienen datos de las canciones “Don’t Stop Me Now”, “Somebody to Love” y “We Are The Champions” -del séptimo álbum- todas melodías que “para muchos de nosotros simplemente siempre estuvieron en nuestras vidas”, destaca Sotheby’s en el folleto en el que presenta la exposición.
Este último tema, Mercury ya preveía que podría adquirir un carácter de himno y, por tanto, pensó especialmente cómo el público repetiría los ritmos y las palabras. En tanto, en “Somebody to Love”, las notas están escritas con distintos colores para marcar con claridad las distintas armonías.
“Era el tipo de persona que agarraba lo primero que tenía a mano cuando le llegaba una idea”, comentó Cassandra Hatton, vicepresidente de la compañía, tras el hallazgo de los escritos, los cuales reconoció, igualmente, que eran un completo “desorden”.
La colección tiene, también, un cuaderno de notas rojo de inicios de 1970 donde figuran sus primeras letras así como bocetos del logo del grupo, manchados con café.
Toda la colección de Mercury fue conservada desde su muerte en 1991 y cuidadosamente catalogada por su gran amiga Mary Austin, de quien Mercury decía que fue su única amiga. “Para mí, era un matrimonio”, llegó a decir el cantante.