El último proyecto cinematográfico del aclamado director Francis Ford Coppola, Megalópolis, se perfila como un rotundo fracaso en taquilla, poniendo en riesgo la fortuna personal del cineasta.
La película, que se estrenó el pasado viernes, se espera que recaude entre 5 y 7 millones de dólares en su primer fin de semana, una cifra alarmantemente baja comparada con los más de 120 millones que Coppola invirtió en su realización.
Megalópolis, descrita por Coppola como “una épica del Imperio Romano ambientada en la América moderna”, ha sido una historia que el director ha perseguido durante casi cuatro décadas.
Para financiar esta ambiciosa producción, hipotecó su propio negocio vinícola, arriesgando gran parte de su patrimonio personal.
“Tengo todo que perder aquí”, confesó Coppola en una reciente entrevista con Rolling Stone. “Y, de alguna manera, ya no tengo nada que perder”.
El film, que cuenta con un elenco estelar que incluye a Adam Driver, Aubrey Plaza y Nathalie Emmanuel, recibió críticas mixtas desde su estreno en el Festival de Cannes en mayo. Algunos la han calificado como una obra singular y ambiciosa, mientras que otros la han descrito como un “desastre espectacular”.
El caótico rodaje de “Megalópolis”
La filmación tampoco estuvo exenta de controversias. Se reportaron tensiones en el set y acusaciones de comportamiento inapropiado por parte de Francis Ford Coppola hacia extras femeninas, alegaciones que el director niega categóricamente.
“Es totalmente falso”, afirmó Coppola, sugiriendo que estas acusaciones formaban parte de un intento de “dañar la película” antes de su estreno en Cannes.
La génesis de Megalópolis se remonta a finales de los años 70, cuando el realizador comenzó a recopilar ideas en cuadernos de recortes.
“Empecé a guardar recortes de cosas que me interesaban: cosas que leía en el periódico, [citas de] libros, caricaturas políticas”, explicó el director.
Esta recopilación de ideas se prolongó durante décadas, evolucionando gradualmente hacia el concepto de una épica romana moderna.
A pesar de las adversidades, se mantiene optimista sobre el futuro de la película. “Creo que la gente va a ir a verla porque, si no por otra razón, quieren verla por sí mismos, lo cual creo que es bueno”, comentó.
En su carrera, el cineasta ha enfrentado desafíos similares, incluyendo las dificultades durante la realización de Apocalypse Now.
Asimismo, reflexionó sobre cómo este proyecto podría afectar su legado y su futuro en la industria. “Si queda algo de riqueza aquí,
quiero que se destine a ser una especie de subsidio para jóvenes cineastas en nuestra fundación familiar”, expresó.
Megalópolis”representa para Coppola más que una simple película; es un intento de iniciar un diálogo sobre el futuro de la sociedad. “Hice esta película para contribuir a eso. Y todo lo que quiero es que esta película inicie una conversación. No puedes tener una utopía sin una conversación”, concluyó.
El fracaso comercial de Megalópolis podría poner en duda su capacidad para seguir financiando proyectos personales de gran envergadura. Sin embargo, el director ya está trabajando en dos nuevos proyectos, demostrando su inquebrantable pasión por el cine a pesar de los reveses financieros.
Uno de estos proyectos es Distant Vision, que describe cómo “la historia de tres generaciones de una familia italoamericana como la mía, pero ficcionada, durante la cual se inventó el fenómeno de la televisión”. El director espera financiar su siguiente obra del cine con los ingresos de Megalópolis.
La trayectoria de Francis Ford Coppola, marcada por éxitos como El Padrino y Apocalypse Now, ha sido una montaña rusa de triunfos y fracasos. Megalópolis parece ser el último capítulo de esta historia.
A pesar de las críticas y las proyecciones de taquilla desalentadoras, se mantiene firme en su visión. “El cine es cambio”, aseguró. “Las películas que van a hacer tus nietos no se parecerán en nada a lo que vemos ahora”.