Avatar: El Camino del Agua todavía tiene pendiente varias semanas en cartelera y es claro que superará las expectativas y, tal vez, los números en taquilla de su predecesora. Para James Cameron, la secuela no sólo le abrió el camino para seguir con su saga, también lo dejó como el único director que tiene tres títulos en la lista de películas más exitosas de la historia. Si todo sale bien y el resto de las entregas son igual de populares, él solo podría tumbar a varias películas de superhéroes que aparecen en ese top ten, como Avengers: Infinity War y Avengers: Endgame . Esto es especialmente relevante porque Cameron dio a conocer hace tiempo su postura ante el cine de ese tipo, y ahora reafirma su desencanto y asegura que su franquicia es totalmente distinta a esas propuestas.
Aunque los superhéroes siempre han dado material para adaptaciones cinematográficas, Marvel cambió el panorama por completo con el estreno de Iron Man – El Hombre de Hierro y las bases para el UCM. Este universo compartido tiene la virtud de seguir siempre en construcción, pues la idea es desarrollar a sus personajes y encontrar nuevos héroes que puedan aportar a sus sagas por mucho, mucho tiempo. Esto ha funcionado muy bien con los fans de las historietas que nunca habían disfrutado de algo así en la gran pantalla. Por supuesto, su probado éxito ha generado muchos comentarios, algunos más positivos que otros.
Por ejemplo, algunos consideran que el UCM y los intentos de DC por crear algo similar, abren las puertas para otro tipo de adaptaciones del mundo de las novelas gráficas que no necesariamente abordan el tema de los superhéroes. Es verdad que no todas las propuestas necesitan un universo cinematográfico, pero algunas se pueden beneficiar por su extenso canon que bien puede explotarse por varios años. Sin embargo, este mismo patrón crea uno de los mayores problemas que ha planteado el UCM dentro de la industria y es que las productoras están obsesionadas con promover trabajos así aunque no tengan justificación, porque esos miles de millones nunca dejarán de ser atractivos.
La fama de estos universos también ha provocado muchos debates sobre la imagen misma de los superhéroes. Como buena parte del público ya se cansó del tema, algo como The Boys , que critica ampliamente la obsesión por estas historias, se convirtió en todo un éxito, mientras que otras series que mantuvieron la tradición no lograron un efecto similar. Muchos directores han hablado sobre todos estos problemas y James Cameron es uno de los que más ha comentado al respecto, tal vez porque él es considerado uno de los grandes genios del cine de acción o tal vez porque hubo un tiempo, hace muchos años, en el que él estuvo trabajando en una adaptación de Spider-Man
Cameron parece considerar que en estos momentos existen dos grandes problemas para la industria del cine. El primero es el éxito de las plataformas de streaming y el segundo es la obsesión por las películas de superhéroes, cuya fabricación ya ha llegado a otros géneros. En entrevista con B TV (vía ComicBook.com) el director explicó que su franquicia de Avatar no se compara con otras de superhéroes porque él busca crear algo a largo plazo en vez de buscar una única forma de explotar a sus protagonistas en varias películas:
«No es como en las películas de superhéroes donde tienes a un nuevo villano en cada cinta. [En Avatar] es el mismo tipo, ¿cierto? El mismo adversario para todo el asunto. Pero cómo evoluciona también es muy interesante una vez que incorporemos adversarios adicionales a medida que avanzamos. Adversarios adicionales y aliados adicionales»
Aunque el UCM sí ha repetido villanos, como Thanos y Loki y próximamente Kang, lo cierto es que Cameron tiene un punto en el que no se les explora en toda la saga porque ellos se convierten en los enemigos a vencer, no lo son desde el comienzo y en varios encuentros. El asunto es que Marvel, y para el caso también DC, proponen historias independientes para la evolución personal de cada uno de sus superhéroes, mientras que la saga de Avatar plantea un único grupo de protagonistas y un único villano, lo que permite explorar más de ellos con cada nueva entrega. Habrá que ver si el público logra comprometerse a largo plazo con este mismo conflicto que sólo ha cambiado de escenario pero no de intención.