Este año se vivió uno de los momentos más polémicos, desastrosos y vergonzosos de Hollywood, con todo y que cuenta con un amplio repertorio al respecto. Hasta hoy se sigue hablando de la bofetada que le dio Will Smith a Chris Rock luego de que el presentador hiciera una broma sobre su esposa; incluso la carrera del ganador del Óscar a Mejor Actor ha visto su carrera duramente perjudicada.
En un principio hubo mucho debate sobre quién era el verdadero responsable entre los involucrados, Rock por una mala broma, Will por intolerante, pero al final propios y extraños estuvieron de acuerdo en que el también rapero tomó una muy mala decisión, así como le faltó al respeto tanto a los presentes como a los espectadores. Pero este estuvo a punto de no ser el primer altercado de este tipo.
Corría el año de 1998 cuando James Cameron ganó once estatuillas por Titanic – 88%, incluyendo la de Mejor Película y Mejor Director, y muchos recordarán esa noche por la manera en la que el cineasta cerró su discurso con un “¡Soy el rey del mundo!” al estilo de Jack de Leonardo DiCaprio. Sin embargo, el también director de Avatar confesó años más tarde que esa noche estuvo a punto de dar más de qué hablar.
Durante una conversación con Vanity Fair, se le preguntó a Cameron cuál es el momento que más recuerda de aquella noche en la que arrasó con los premios más cotizados de la industria. Su respuesta sorprendió, pues dijo que nunca va a olvidar cómo estuvo a punto de golpear a Harvey Weinstein con su estatuilla, y la razón era cómo había maltratado a su amigo Guillermo del Toro durante el rodaje de Mimic .
«Estaba sucediendo en el piso principal del [teatro]… Y la música había comenzado a sonar para volver a nuestros asientos [luego de la pausa comercial]. La gente que nos rodeaba decía: ‘¡Aquí no! ¡Aquí no!’. Como si estuviera bien pelear en el estacionamiento, ya sabes, pero no estaba bien allí cuando sonaba la música y estaban a punto de comenzar».
Cameron recordó que luego de recibir su premio, Harvey se le acercó para alardear de su estudio, Miramax, y cómo este hacía grandes artistas. Pero él ya había escuchado de voz de Del Toro que había tenido muchos choques con los hermanos Weinstein porque cambiaban cosas de la trama, su elenco e intervenían en las escenas porque “no querían que hubiera niños ni animales muertos”, cosa que hizo como forma de revelarse.
En alguna ocasión, Guillermo mencionó que esa había sido su peor experiencia, incluso peor que el secuestro de su padre, mismo que, por cierto, James Cameron le ayudó a pagar. “El secuestro tenía más sentido, al menos sabía lo que ellos querían”, aseguró Guillermo durante el BFI London Film Festival de 2017. Actualmente Cameron se encuentra atento al fin de semana de estreno de Avatar: El Camino del Agua , pues de su recepción depende que se hagan las tres películas restantes, y en caso de no recaudar lo necesario, cerrará con la tercera entrega.