Las biografías cinematográficas sobre músicos se han vuelto moneda corriente hoy en día. Películas sobre Freddie Mercury, Elton John, Whitney Houston y muchos otros han recibido mayor o menor aprobación del público y la crítica, cosechando incluso grandes premios. También hay series, miniseries y, finalmente, documentales, el género que en televisión más material ha aportado.
Moonage Daydream es un documental cinematográfico sobre David Bowie, una figura superlativa de la música, pero también un artista total que exploró muchas otras disciplinas. No es una película clásica con una narración ordenada con carteles, una voz en off y aclaraciones varias. Es tal vez el punto perfecto entre la descripción del artista y la recreación audiovisual de todo su mundo. Bastaría esto para volverlo atractivo, pero hay más.
Bowie es uno de los artistas más extraordinarios del siglo XX y comienzos del XXI. Se podría decir que él estuvo un siglo adelantado y toda su obra, su vida, recién hoy es alcanzada por el resto. El documental, dirigido y construido por Brett Morgen, tiene un material de archivo de una variedad y una calidad que debe ser destacada.
Las imágenes multiplican la variedad y diversidad del músico británico, sus ideas sobre el mundo, sus cambios, su filosofía y su arte. Hay entrevistas a él, su voz en off sobre las imágenes, sus videoclips, sus recitales, su vida social y algunas cosas, las menos, de su vida privada. Es un documental sobre un artista total y en eso se centra el largometraje.
También se muestran fragmentos de otros artistas que los influenciaron. mostrando la apertura mental de David Bowie y la forma en la cual esto le permitió crecer, mutar, brillar y finalmente perdurar. La grandeza de del cantautor, incluso para quienes no lo conocen bien, se ve en las dos horas de un documental apasionante, tal vez el mejor que se ha hecho sobre un artista de rock en toda la historia. Un clásico a la altura del artista retratado.