Tom Brady está decidido a seguir en el campo de futbol, tal como lo aclaró este jueves. A pesar de tener 45 años, el quarterback no piensa renunciar a su carrera; declaraciones bastante diferentes a las que hacía en febrero pasado, cuando anunció que no jugaría más, y de la que se arrepintió un mes después.
Brady toma esta importante decisión en medio de su divorcio con la exmodelo, Gisele Bündchen, quien le habría estado pidiendo el retiro para pasar más tiempo en familia, una situación que fue determinante al tomar caminos separados.
“Amo este deporte y amo a los compañeros de mi equipo y no veo un retiro en el futuro cercano”, dijo firme Tom Brady en una conferencia de prensa previa al juego que tendrá con los Bucaneros este domingo.
“No hay jubilación en mi futuro. Quiero hacer un gran trabajo para este equipo como siempre lo he hecho”, agregó convencido de esta, su temporada 23, será tan buena como las que lo han llevado con su equipo en turno a ganar el Super Bowl.
“La realidad es que cuando se trata de esto tu competitividad se hace cargo; tengo este equilibrio lúdico con la parte laboral y voy a terminar haciendo exactamente lo que siempre he hecho”, agregó sobre el trabajo en equipo que tiene con los Tampa Bay Buccaneers.
Aunque está feliz con esta decisión, en la parte personal las cosas no parecen estar de lo más tranquilas. Su divorcio con Gisele está en boca de todos, pues parecía la pareja perfecta, una combinación ideal entre el mundo del deporte y la moda. Sin embargo, hay varios reportes de que la exmodelo habría amenazado varias veces a Tom con el divorcio si no se retiraba.
La razón era que no pasara tanto tiempo fuera de casa, ya que su agenda lo mantenía entre juegos y entrenamientos que lo llevaban de gira hasta por medio año. Para ella era una ausencia considerable pues sus hijos en común,VivianyBenjamin, de nueve y 12 años, no pasaban tanto tiempo con él como ella desearía.