Selena Gomez ha hablado en más de una ocasión del trastorno de bipolaridad que sufre, pero profundiza más del tema en el documental que dirige Alek Keshishian con quien ya ha trabajado algunos videos musicales, por lo que entablar una confianza para rodar más de cien horas de su vida no fue difícil.
El material lleva por nombre “Selena Gomez: My Mind & Me” y en 93 minutos, el cineasta estadounidense mostró a la persona detrás de la estrella de pop, sus momentos de éxito, pero sobre todo aquellos donde es más débil.
“La clave para rodar de manera tan íntima es la empatía y querer contar la verdad… Me enamoro de mis temas con la gente que hago y creo que ellos sienten ese amor y crece, es un amor mutuo”, detalló Keshishian.
Considera que para obtener la verdadera intimidad, se tiene que ser paciente para pasar día tras día: “Se requiere un cierto tipo de fe, sí que simplemente te presentas cada día y filmas todo y no intentas forzar necesariamente que ocurra nada. Y a partir de eso, capturas momentos, que son mágicos”.
Además de esas más de cien horas que filmó, también revisó decenas de videos caseros de la infancia de la también actriz y los diarios que escribió en 15 años, para hablar de su relación con su papá, quien se separó de su mamá cuando Selena tenía cinco, y cómo entró desde los siete años a trabajar, escapando un poco de la realidad que había en casa.
En el documental, se aprecian sus recaídas con el lupus, encuentros con los fans, así como sus diferencias con el mismo equipo, el momento en el que paró su gira en 2017 por lo abrumada que se sentía por tanto trabajo y que creía que ya no daba lo mejor de ella, viéndose más como un producto que como una persona.
“La primera vez que Selena lo vio, tenía un corte muy largo de dos horas y 30 minutos de duración y le dije, esto no está terminado, pero Apple quería ver algo y le dije, no está terminado y ella lo vio y me di cuenta de que era muy emotivo para ella, pero no tenía el equilibrio adecuado y le dije que necesitaba un año más para editarla y ella me dio la razón”, agregó.
Tanta confianza logró entablar con Selena que aseguró que no hubo nada, ni durante la filmación, ni cuando lo vio por primera vez, que le pidiera quitar, sin importar que tanto le incomodaba, y él lo sabía porque lo notaba durante la filmación, pero al mismo tiempo era necesario no parar de rodar.
“Nunca me dijo que no pusiera algo, eso fue muy respetuoso. Y ambos tenemos ese respeto. Podía ver lo que funcionaba y lo que no, ya sabes, y creo que estábamos en sintonía, era lo mismo con Madonna. Por cierto, ella nunca me dio una sola nota de que tienes que hacer esto”, recordó.