La Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) suspendió temporalmente todos los vuelos que entraban y salían del Aeropuerto Nacional Ronald Reagan, en Washington, D.C. este martes 4 de noviembre, debido a un “problema de seguridad” relacionado con un vuelo de United Airlines que aterrizó procedente de Houston, Texas.
Según los primeros reportes, el avión fue dirigido a una zona aislada del aeropuerto luego de que se recibiera una amenaza de bomba a bordo. Todos los pasajeros fueron desembarcados y trasladados en autobús hasta la terminal, mientras equipos especializados de seguridad inspeccionaban la aeronave.
Durante la emergencia, la FAA ordenó un “ground stop”; en español, suspensión de operaciones, para todas las llegadas y salidas del aeropuerto como medida preventiva. El tráfico aéreo en el área de Washington sufrió retrasos de hasta 50 minutos, de acuerdo con medios locales.
Las autoridades informaron que no se encontraron materiales peligrosos ni explosivos en el avión y que no hubo heridos. El Buró Federal de Investigaciones (FBI) continúa indagando el origen y la veracidad de la amenaza.
Las operaciones en el Aeropuerto Nacional Reagan fueron reanudadas alrededor de la 1:30 de la tarde, una vez descartado el riesgo. United Airlines confirmó que cooperará plenamente con las autoridades en el desarrollo de la investigación.















