Hace semanas, el presidente de la oficialista Asamblea Nacional Constituyente (ANC), Diosdado Cabello, aseguró que 47 militares habían sido contactados por funcionarios colombianos para que les vendieran información del sistema antimisiles y de los aviones Sukhoi, pero que se habían comportado como patriotas e informaron a la Dirección de Contrainteligencia Militar. Al día siguiente, el ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, habló del tema, pero asomando que había militares detenidos.
Nicolás Maduro trató de expresar como primicia, en una entrevista con el operador político del chavismo José Vicente Rangel, algo que ya Cabello y Padrino le dijeron a la FANB y al país. “Te puedo decir como primicia que ahorita, en los últimos meses, desde Colombia, hemos desmembrado, por participación propia de nuestra Fuerza Armada, más de 47 intentos de captar oficiales de los cuatro componentes para ponerlos al servicio de la estrategia de Colombia, del Ejército de Colombia y los gringos, para tratar de anular el sistema de Sukhoi, el sistema de radares fijos y móviles, de torpedos y defensa misilística de la Armada Bolivariana”.
Aseguró que “hay gente presa por eso. Algunos fueron comprados y sencillamente fueron descubiertos o interceptados por la información de oficiales patriotas. Estamos haciendo permanente inteligencia. Eso habla del nivel de desesperación del imperio, de sus aliados de Colombia para tratar de dividir, de debilitar a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana”.
Maduro no explicó en qué consistió la venta que hicieron esos militares detenidos. Tampoco habló del número de castrenses detenidos por esa razón. Mucho menos, se refirió al daño que pudieron causarles esos oficiales a los equipos militares venezolanos. La incertidumbre es si la información o los equipos que esas personas vendieron, pudiera constituir un peligro para los países vecinos o para la región. No queda claro si se los vendieron al ejército colombiano, a la guerrilla, a los paramilitares o a alguna banda armada o grupo terrorista.
Lo que sí dijo es que “con todos estos intentos de tratar de dividir y destruir a nuestra FANB, hoy tenemos una Fuerza Armada más fortalecida, orgánicamente en el sistema de armas, mayor capacidad de defensa del país”.
Habló de 3.200.000 milicianos que están abrazando (y con las manos mostró que la Milicia arropa o cubre a la FANB) “la doctrina de defensa, metidos en todas las comunidades del país, en miles de unidades de defensa popular. Las pruebas y las conspiraciones que hemos tenido en el 2019, desde Colombia y Estados Unidos, lo que ha hecho es fortalecernos”.
Dijo que la FANB de hoy es mejor, porque le garantiza al país la paz y estabilidad, «preparada para enfrentar lo que haya que enfrentar”.
La verdad de los drones
A su juicio, la Casa Blanca dio la autorización del atentado con los drones en agosto del 2018. “Estaba informada en tiempo real de los atentados. Igual en el Palacio de Nariño (Colombia). Quien hizo la promesa de asesinarme ante la Casa Blanca fue el ex presidente (Juan Manuel) Santos. Y a Julio Borges (diputado) le encargaron la parte logística. Todo eso se ha descubierto; hay testimonios, hay testigos, hay gente detenida. Ha surgido toda la verdad de cómo se preparó el atentado del 4 de agosto de 2018”.
“Nuestro comandante Hugo Chávez construyó una nueva Fuerza Armada Nacional Bolivariana y le puso el signo de Simón Bolívar, del antiimperialismo, con una ideología clara, con una nueva doctrina de defensa, con un nuevo concepto estratégico que se ha metido en las venas del soldado y soldada”.
«Nuestras academias militares, nuestros cuarteles, son recintos donde se propician los valores morales, bolivarianos, antiimperialistas. La Fuerza Armada está totalmente identificada con el legado revolucionario de nuestro comandante Hugo Chávez”.
Aseguró que ha venido avanzando “en altísimos niveles de organización”, para la defensa e integridad territorial, para la defensa de la Constitución, de las instituciones, para la defensa de la paz del país y con un concepto muy claro, y muy interiorizado en la oficialidad y en los soldados, de unión cívico militar, de unión con el poder popular”.
“Es una Fuerza Armada del siglo XXI que no tiene nada que ver con las fuerzas militares sometidas a las doctrinas militares estadounidenses de la Escuela de Las Américas, colonizada por la ideología de la seguridad nacional de los EEUU, porque durante todo el siglo XX EEUU hizo un trabajo para colonizar a las Fuerzas militares de América Latina y el Caribe, y convertirlas en sus fuerzas pretorianas para imponer golpes de Estado o sustentar gobiernos antipopulares, gobiernos oligárquicos”.
Resaltó como muy importante que “tenemos un liderazgo militar auténtico, unido, cohesionado en la nueva estructura. Un liderazgo militar que responde a los verdaderos intereses, al sentimiento general de una Fuerza Armada que quiere patria, que quiere libertad, que quiere independencia, que no se va a arrodillar nunca más a los gringos ni se va a poner más nunca al servicio de la oligarquía”. Insistió en que es una FANB con “gran potencial y moral, con una gran fuerza revolucionaria”.