Evángelos Odysséas Papathanassíou, el músico griego conocido como Vangelis, autor de las bandas sonoras de Carros de fuego y Blade runner, entre cientos de obras más creadas durante más de 50 años de carrera, murió el martes pasado a los 79 años.
La gran aportación de Vangelis, así como la de varios compositores de su generación, fue la de devolver la música de vanguardia del siglo XX desde el plano intelectual a una esencia más emocional y sensorial. Sus herramientas para lograr ese imposible fueron dos: por un lado, los sintetizadores y el concepto, entonces nuevo, de la música electrónica. Y, por el otro, el formato de la música para el cine.
Y eso que, en su origen, Vangelis fue un músico formado en el pop y el rock de los años 60. Aphrodite’s Child, el grupo con el que Vangelis y el cantante Demis Roussos alanzaron sus primeros éxitos internacionales, permite adivinar el recorrido del compositor: del pop al rock psicodélico; del rock psicodélico, a la música más o menos abstracta de vanguardia; y de la música de vanguardia a la música de cine, la música sinfónica popular del siglo XX. Colegas y contemporáneos suyos como Ryuichi Sakamoto o más recientes como Rodrigo Leâo hicieron caminos parecidos con pequeñas variaciones.
Para 1972, Aphrodite’s Child ya era una ex banda, Roussos estaba camino de convertirse en un inmenso cantante melódico y Vangelis ya hacía bandas sonoras para documentales de la televisión francesa. Algunos datos más sobre su formación: el músico griego estaba en París desde el golpe de estado de Grecia de 1967. En casa de sus padres había un piano, pero Vangelis nunca recibió una formación musical concreta. Su interés por la música era casi sonoro y protocientífico.