El Ministerio Público de Nicaragua acusó al sacerdote Benito Enrique Martínez por el presunto delito de «conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional en concurso de noticias falsas en perjuicio del Estado nicaragüense», informó este miércoles el Poder Judicial.
Martínez, de 64 años y que fue encarcelado el 13 de octubre, es el noveno sacerdote nicaragüense detenido en los últimos seis meses -incluido a Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la Diócesis de Estelí- y el octavo en ser acusado por la Fiscalía.
La acusación fiscal identifica al Estado de Nicaragua como «víctima u ofendido» por el presbítero, según el acta de celebración de audiencia preliminar publicada en línea por el Poder Judicial.
La familia del sacerdote presentó el 18 de octubre un recurso de exhibición por detención ilegal contra el comisionado general Luis Alberto Pérez Olivas, jefe de la Dirección de Auxilio Judicial de la Policía Nacional, el cual se encuentra en trámite.
La detención de Martínez fue denunciada el 14 de octubre por el sacerdote nicaragüense exiliado Uriel Vallejos. En su denuncia, Vallejos adjuntó un video en el que aparece el sacerdote detenido y ahora acusado arengando a un grupo de estudiantes en las afueras de la jesuita Universidad Centroamericana (UCA) tras finalizar la denominada Madre de Todas las Marchas contra el Gobierno, el 30 de mayo de 2018, que fue atacada por policías y civiles armados dejando un saldo de ocho muertes.
En el video, Martínez pide al estudiantado que se manifestó contra el Ejecutivo del presidente Daniel Ortega que «no se acobarden» y grita «Viva Nicaragua», «Viva las madres de los caídos del 19 (de abril de 2018)», «Vivan los médicos, los periodistas decentes». También, gritó «fuera la pareja asesina», «fuera los miserables asesinos», en alusión a la pareja presidencial nicaragüense.
Las relaciones entre los sandinistas y la Iglesia católica de Nicaragua han estado marcadas por roces y desconfianzas en los últimos 43 años.