Un tribunal de París emitirá este miércoles su veredicto en el juicio de 14 presuntos cómplices de los islamistas armados que asesinaron a algunos de los caricaturistas más famosos de Francia en el semanario satírico Charlie Hebdo en 2015, en unos atentados terroristas que horrorizaron al mundo.
Diecisiete personas murieron durante tres días de ataques en enero de 2015, comenzando con la masacre de 12 personas en la revista, que había publicado caricaturas del profeta Mahoma.
A ese ataque siguió el asesinato de una mujer policía francesa y la toma de rehenes en el mercado Hyper Cacher en el que murieron cuatro judíos.
Las masacres, que marcaron el comienzo de una ola de ataques islamistas en toda Europa, desencadenaron una efusión global de solidaridad con Francia bajo el lema “Yo soy Charlie”.
Los autores materiales de los atentados, los hermanos Said y Chérif Kouachi, que abrieron fuego en la redacción de Charlie Hebdo por haber publicado caricaturas del profeta Mahoma, y Amédy Coulibaly, que mató a una policía antes de tomar por asalto el supermercado judío, murieron tras cometer sus crímenes.
Durante tres meses, este juicio, que fue interrumpido varias veces debido a la pandemia de covid-19, volvió a poner de relieve el horror de los ataques, durante un período en el que Francia ha vuelto a ser blanco de ataques islamistas.
“Las consecuencias nunca se borrarán”
En la portada de su nuevo número para conmemorar los veredictos, Charlie Hebdo, con su estilo típicamente provocativo, publicó una imagen de Dios siendo llevado en una camioneta de la policía con el título “Dios, puesto en su lugar”.
“El ciclo de violencia, que había comenzado en las oficinas de Charlie Hebdo, finalmente se cerrará”, escribió en un editorial el editor en jefe de la revista Laurent “Riss” Sourisseau, que resultó gravemente herido en los ataques.
“Al menos desde la perspectiva del derecho penal, porque desde un humano, las consecuencias nunca se borrarán, como lo demostró el testimonio de las víctimas en el juicio”, agregó Riss.
Los fiscales antiterroristas solicitaron que los acusados sean condenados a penas de prisión que van de cinco años a cadena perpetua.
Los abogados de la defensa estiman que las pruebas son poco convincentes y han advertido contra la tentación de querer hacer de ellos un ejemplo para paliar la ausencia de los autores materiales de los ataques.
El tribunal debe mostrar una justicia “ejemplar, no sanguinaria”, dijo la abogada defensora Zoe Royaux.
Riss reconoció en su editorial que había habido “gran dificultad” para establecer la responsabilidad penal de los acusados en las audiencias, y agregó que el juicio fue “ante todo el de este terror político que se llama islamismo”.
“Mano derecha”
Los fiscales pidieron cadena perpetua para Ali Riza Polat, un amigo francoturco de Coulibaly, a quien presentaron como su “mano derecha”.
Polat admitió ante el tribunal que había incursionado en la delincuencia, incluido el tráfico de drogas, pero negó tener conocimiento alguno de un complot terrorista.
“No hice todas las cosas que dicen que hice”, dijo ante la corte.
También se enfrenta a una condena a cadena perpetua la novia de Coulibaly, Hayat Boumeddiene, que huyó a Siria poco después de los atentados y fue una de las tres personas juzgadas en rebeldía.
El ADN de uno de los sospechosos, Nezar Mickael Pastor Alwatik, fue encontrado en una pistola y un revólver usados por Coulibaly cuando tomó a clientes como rehenes en el supermercado Hyper Cacher en un suburbio de París.
Pastor Alwatik está acusado de ser parte de una conspiración terrorista, cargos que su abogada, Delphine Malapert, considera excesivos.
“No se puede condenar a alguien basándose en vaguedades, sospechas y especulaciones”, dijo la letrada al tribunal, argumentando que de lo único que era culpable era “de haber tocado armas”.
Escenas de horror
Durante el juicio, los supervivientes de los ataques contaron escenas de horror.
La columnista Sigolene Vinson, que sobrevivió a la masacre de Charlie Hebdo, describió el “silencio mortal” en la redacción mientras sus colegas yacían muertos a su alrededor.
El ex cajero del Hyper Cacher, Zarie Sibony, describió cómo caminó sobre cuerpos por los pasillos del supermercado durante el enfrentamiento de cuatro horas de Coulibaly con la policía.
Entre los muertos en el ataque de Charlie Hebdo se encuentran algunos de los caricaturistas más famosos de Francia, como Jean Cabut, conocido como Cabu, de 76 años, Georges Wolinski, de 80, y Stephane “Charb” Charbonnier, de 47.
La masacre de Charlie Hebdo desató un intenso debate sobre la libertad de expresión en Francia.
Para marcar el comienzo del juicio el 2 de septiembre, Charlie Hebdo reeditó desafiante las caricaturas del profeta que habían indignado a los musulmanes.
Tres semanas después, un paquistaní hirió a dos personas frente a las antiguas oficinas de la revista en un ataque con cuchillo.
El 16 de octubre, un joven checheno decapitó a un profesor de secundaria que había mostrado algunas de las caricaturas a sus alumnos en una clase sobre libertad de expresión.
Y el 29 de octubre, tres personas fueron asesinadas cuando un joven tunecino recién llegado a Europa las apuñaló en una iglesia en Niza (sureste).
El gobierno del presidente Emmanuel Macron presentó recientemente un proyecto de ley para luchar contra el “islamismo radical” que pretende estrechar el control sobre los lugares de culto y prohibir algunas prácticas “incompatibles” con los valores de la República francesa.