Expedientes judiciales revelados en últimas fechas, destacan que el narcotraficante mexicano, Joaquín «El Chapo» Guzmán Loera contrató a un médico para que reviviera a un sicario de un cártel enemigo para poder seguir torturándolo.
La víctima, identificada como Israel Rincón Martínez, alias «El Guacho», pertenecía a la organización criminal de los Beltrán Leyva. Al ser capturado por el Cártel de Sinaloa, fundado por Guzmán Loera, fue maniatado para después sacarle los dientes y las orejas en venganza por haber asesinado al hijo de Manuel Fernández «La Puerca», uno de los operadores del grupo criminal.
Sin embargo, este no es el primer expediente que revela los métodos de tortura que usaba el narcotraficante, durante el juicio que se le siguió en Estados Unidos durante finales de 2018 y principios de 2019, palabras de los testigos presentados por la Fiscalía relataron otros crueles métodos usados por «El Chapo» y su cártel.
Durante el juicio, Isaías Valdez Ríos, último testigo cooperante del Gobierno de EEUU y quien trabajó como parte del equipo de seguridad de Guzmán Loera, explicó como «el señor» torturó y asesinó a un miembro del cartel rival de los Arellano Félix y a dos más de los Zetas.
Aseguró haber presenciado cuando entre 2006 o el 2007, estando en el pueblo de Bastantita, de Durango, Guzmán Loera ordenó a uno de sus secretarios que recogieran a un miembro de los Arellano Félix que les enviaba en un avión Ismael «el Mayo» Zambada, otro líder del Cártel de Sinaloa, a quien colocaron en un gallinero.
«Ahí duró varios días y le informamos (a Guzmán Loera) que apestaba, que estaba podrido», dijo. Ordenó entonces que lo llevaran a un área elevada y que cavaran un hoyo, tras lo cual acudió al lugar portando un arma de fuego.
Al hombre, amarrado de pies y manos, lo habían colocado cerca de un hoyo y aunque no hacía frío, temblaba. «El Chapo» presuntamente le colocó el arma en la cabeza, comenzó a interrogarlo y, mientras le contestaba, le pegó un tiro y dijo que lo enterraran.
De acuerdo con el testigo, el hombre no murió, «aún trataba de respirar, pero así, lo echamos al hoyo».
Señaló que estando en Durango, también entre 2006 y 2007, el Chapo les dijo que Dámaso López «El Licenciado» (uno de sus principales lugartenientes) les enviaba «un regalo»: dos miembros del Cártel de los Zetas.
«Ordenó que los pusiéramos en una cabaña» y que fueran «calentándolos», refiriéndose a que «los empezáramos a golpear para que soltaran información», tras lo que el capo pidió que fueran trasladados a la montaña.
Una vez que llegó «El Chapo», pidió un tronco grueso y empezó a torturarlos, indicó «Memín», de 39 años, quien relató que se alejó del lugar y al regresar observó que «estaban con huesos quebrados, no tenían movimiento pero les seguía golpeando con el tronco y el rifle».
Recordó además que ordenó que se cavara un hoyo, hicieran una hoguera y en la noche llevaron a los dos hombres a ese lugar, donde «El Chapo» les disparó en la cabeza y ordenó que se quemaran los cuerpos para que no quedaran «ni los huesos».
Otro de los métodos empleados por el Cártel de Sinaloa incluía inyecciones de adrenalina. El objetivo era acrecentar la sensación de dolor durante torturas que eran prolongadas el mayor tiempo posible.
Hugo Hernández, miembro de un cártel rival, fue cortado en 7 pedazos con una motosierra y repartido en varias bolsas de plástico que fueron abandonadas en una calle de Los Mochis, en el estado de Sinaloa. Los homicidas le habían desollado la piel del rostro para coser la piel en un balón de fútbol.
Otro procedimiento consistía en poner a las víctimas en tambos o botes metálicos que eran llenados hasta la superficie con agua hirviendo. En otros casos solo los prendían fuego.
Encerrar a las víctimas con grandes felinos era otra de las prácticas. En muchos casos tigres y leones fueron utilizados para ocasionar muertes violentas y dolorosas.
El nivel de crueldad y sadismo utilizado por el Cártel de Sinaloa es equiparable con los métodos de tortura del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés), así lo aseguró hace unos meses a la cadena Fox News Joshua Fruth, un oficial estadounidense especializado en inteligencia militar.