La máquina de Nagelsmann ya está perfectamente engrasada. El Bayern Múnich visitaba este domingo al Bayer Leverkusen en el duelo por el liderato de la Bundesliga, y exhibió su enorme potencial encarrilando el triunfo con cinco goles en la primera parte. No hubo combate, el ‘equipo aspirina’ fue una marioneta en manos de un Bayern que el próximo miércoles podría hacerle un favor al Barça si vence ante el Benfica en su compromiso de Champions.
Ni cinco minutos de partido habían transcurrido cuando Lewandowski abrió la lata. Concretamente, fue en el 3′, empujando a la red el balón tras una falta botada al área. Y como decían en un anuncio de unas patatas fritas mundialmente conocidas, cuando el Bayern hizo ‘pop’ ya no hubo ‘stop’. De nuevo Lewandowski en el 30′, el incombustible Thomas Müller en el 34′, y Serge Gnabry en el 35′ y el 37′ completaron la ‘manita’ (o el tortazo a un ilusionado Leverkusen) cuando no se había llegado ni al ecuador del encuentro. En apenas 8 minutos, 4 goles, demostrando este Bayern que está presto y dispuesto a reventar cualquier plusmarca que se le ponga por delante.
Ya en la reanudación, el Bayern siguió mandando en términos de llevar la iniciativa en el juego, pero en cuanto a goles solo se vio uno del Leverkusen, el del honor, firmado por Schick en el 55′.
Tras este triunfo, los de Nagelsmann quedan como líderes en solitario de la Bundesliga, con 1 punto más que el Dortmund de Haaland y compañía y 3 más que el zarandeado Bayer Leverkusen y el sorprendente Friburgo. Queda mucha tela que cortar, pero en el Allianz Arena ya tienen preparado el traje para celebrar un nuevo título al término de la presente temporada.