Si había dudas sobre si la influencia de Donald Trump duraría más allá de su tiempo en la Casa Blanca, ese cuestionamiento ya fue respondido con la nueva ley en Georgia.
La norma que restringe el voto en el estado está en línea con las acusaciones sin pruebas del expresidente de que en las elecciones del pasado noviembre hubo un supuesto fraude y le fueron robadas.
Entre otras limitaciones, la medida impone requisitos de identificación más estrictos, restringe la votación por correo, otorga a los legisladores el poder de hacerse cargo de las elecciones locales y acorta el período de votación anticipada para todas las elecciones de segunda vuelta.
La supresión del voto por correo afecta a la comunidad afroamericana, que representa un tercio de la población del estado y utiliza abrumadoramente esa modalidad para sufragar esencialmente por el Partido Demócrata.
La legislación alarma a los progresistas que hace apenas unos meses celebraron victorias históricas, tanto en las elecciones presidenciales que no ganaban allí desde 1992, y dos escaños en el Senado que ayudaron a reducir la amplia mayoría que los conservadores ostentaban antes en la Cámara Alta. Ahora se presenta un empate de 50 demócratas y 50 republicanos.
Restringir el voto por correo fue una de las grandes peticiones del expresidente Donald Trump, luego de ver frustrado su intento por la reelección, al alegar un supuesto fraude, pese a que fue descartado por falta de pruebas en los tribunales de los distintos estados donde entabló demandas.
El presidente Joe Biden, el primer candidato presidencial demócrata en tres décadas en ganar Georgia, acusó a los republicanos de este y otros estados de montar un amplio asalto a los derechos de voto: «Lo que me preocupa es lo poco estadounidense que es toda esta iniciativa. Es enferma».
El mandatario recalcó que es «una atrocidad», después de comparar las restricciones por segundo día consecutivo con las leyes racistas ‘Jim Crow’, que se pusieron en vigor en los estados del sur en las décadas posteriores a la Guerra Civil de Estados Unidos entre 1861 y 1865 para legalizar la segregación y la privación de derechos a los ciudadanos afroamericanos.
En un comunicado, Trump aplaudió a los conservadores de Georgia por tomar esta acción. «Aprendieron de la parodia de las elecciones presidenciales de 2020, nunca se puede permitir que vuelva a suceder», afirmó.
«El Partido Republicano se transformó bajo Donald Trump de una manera que no se revertirá en el corto plazo: avivando el agravio, ignorando la verdad y perpetuando el mito de que los votos de Trump no fueron contados (…) La ley de Georgia es parte de esta batalla», dijo al diario The New York Times Ben LaBolt, asesor del expresidente Barack Obama.
Los republicanos se defienden
La nueva ley fue firmada por el gobernador republicano Brian Kemp, quien fue intimidado por Trump por no apoyar el esfuerzo para revertir allí los resultados de los comicios que le dieron la victoria a su oponente Joe Biden.
Tras los señalamientos del mandatario estadounidense, Kemp emitió un comunicado en el que respondió que la ley «garantiza la integridad de las elecciones».
«No hay nada ‘Jim Crow’ en requerir una foto o una identificación emitida por el estado para votar en ausencia; todos los votantes de Georgia ya deben hacerlo cuando votan en persona (…) El presidente Biden, la izquierda y los medios de comunicación nacionales están decididos a destruir la santidad y seguridad de las urnas», sostuvo.
Otras legislaturas estatales controladas por los republicanos están aplicando restricciones a la votación en los estados de batalla electoral, incluidos Florida y Arizona, después de que el expresidente Donald Trump culpó repetidamente de su pérdida a Biden al fraude electoral masivo sin evidencias.
En una encuesta de Reuters/Ipsos del pasado febrero, el 62% de los republicanos dijeron que estaban «muy preocupados» de que las elecciones estuvieran contaminadas por personas no elegibles que emitieron sus votos.
Acciones contra la nueva ley de voto
Una coalición de grupos de derechos civiles demandó al estado en un tribunal federal de Atlanta pocas horas después de que fuera promulgada la ley, argumentando que las medidas tienen la intención de dificultar que las personas, especialmente los votantes negros, emitan sus votos.
«Estas disposiciones carecen de justificación por sus efectos graves y discriminatorios en la votación», dice la demanda liderada por Marc Elias, un abogado demócrata que encabezó los esfuerzos legales electorales del partido el año pasado y que representa al grupo ‘Black Voters Matter’, entre otros.
Por su parte, el mandatario estadounidense señaló que no está claro qué podría hacer la Casa Blanca frente a esta ley. Sin embargo, aseguró que el Departamento de Justicia está «echando un vistazo».
Además, instó de nuevo al Congreso a aprobar una legislación respaldada por los demócratas que requeriría el registro automático, expandir el voto ausente y moderar las leyes de identificación de votantes. Pero estos proyectos hasta ahora han sido ampliamente obstaculizados por los republicanos en el Congreso.
Los republicanos controlan 30 de los 50 parlamentos estatales del país y, en las últimas semanas, han aprobado o están considerando leyes que restringen el derecho al voto, las cuales podrían dejar en desventaja a los demócratas en los comicios venideros para disputar tanto el control del Congreso como del Ejecutivo.
El partido Republicano siempre ha suprimido los votos de los afro estadounidesendes y Latinos. Este partido está controlado por blancos racistas!!