El miércoles 8 de junio, unas 90 gimnastas olímpicas estadounidenses, entre ellas las medallistas de oro Simone Biles, Aly Raisman y McKayla Maroney, presentaron demandas contra el FBI. Así lo informó el bufete de abogados de California Manly, Stewart y Finaldi en un comunicado.
Las gimnastas solicitaron a la agencia el pago de un total de más de mil millones de dólares por daños y perjuicios. Esto, porque en 2015, el FBI estaba al tanto de que Larry Nassar, médico de USA Gymnastics, estaba acusado de agredir a las deportistas.
Sin embargo, los agentes no actuaron, dejándolo en libertad hasta abusar en repetidas ocasiones de más de 330 jóvenes durante su estancia en el equipo nacional.
«Si el FBI hubiera hecho su trabajo, se habría detenido a Nassar antes de que tuviera la oportunidad de abusar de cientos de chicas, yo incluida», dijo en un comunicado la ex gimnasta de la Universidad de Michigan Samantha Roy.
Este grupo de mujeres se une a una demanda presentada en abril por 13 supervivientes de abusos de Nassar, que reclamaron 130 millones de dólares al FBI por no investigar las alegaciones de abuso sexual contra el médico.
«Es hora de que el FBI rinda cuentas», dijo Maggie Nichols, gimnasta campeona nacional en Oklahoma en 2017-19.
Sin embargo, los funcionarios del FBI aún no se han pronunciado al respecto.
Según la ley federal, una agencia gubernamental tiene un plazo de seis meses para responder a las demandas por agravio. Esta ley permite indemnizar a las personas que resulten perjudicadas por una negligencia o una acción u omisión indebida del gobierno federal.
Errores por parte del FBI
En julio de 2021, un informe realizado por Michael Horowitz, inspector general del Departamento de Justicia, descubrió errores del FBI que permitieron a Nassar seguir abusando de al menos 70 víctimas más antes de que fuera finalmente detenido.
El exagente especial a cargo de la oficina de campo de Indianápolis, W. Jay Abbott, y un ex agente especial supervisor identificado como Michael Langeman, fueron señalados en el informe.
Horowitz dijo que los agentes esperaron cinco semanas antes de realizar una entrevista telefónica con una sola víctima, Maroney, dejando de lado a las demás perjudicadas. Además, denunció que Langeman no documentó adecuadamente la entrevista con la gimnasta hasta más de un año después, y cuando lo hizo, contenía errores y omisiones.
En cuanto a Abbott, se le acusó de violar las reglas de ética al tratar de obtener un trabajo con el Comité Olímpico de Estados Unidos en medio de la investigación y de mentir durante su entrevista con la oficina del inspector general.
Y aunque el director del FBI, Christopher Wray, lamentó “que haya habido personas en el FBI que tuvieron su propia oportunidad de detener a este monstruo allá por 2015 y fallaron”, el Departamento de Justicia dijo en mayo que no presentaría cargos penales contra estos exagentes.
Por su parte, la Universidad Estatal de Michigan, que también fue acusada de perder oportunidades durante muchos años para detener a Nassar, acordó pagar 500 millones de dólares a más de 300 mujeres y niñas que fueron agredidas por el médico.
USA Gymnastics y el Comité Olímpico y Paralímpico de Estados Unidos también llegaron a un acuerdo de 380 millones de dólares.
Investigación de abusos sexuales contra las gimnastas en Estados Unidos
En 2015, USA Gymnastics, con sede en Indianápolis, dijo a los agentes locales que tres gimnastas dijeron haber sido agredidas por Larry Nassar.
Sin embargo, el FBI no abrió una investigación formal ni informó a las autoridades federales o estatales de Michigan.
Fue en 2016 cuando los agentes de Los Ángeles iniciaron una investigación contra Nassar y entrevistaron a varias víctimas.
En otoño de ese mismo año, Nassar fue detenido durante una investigación de la policía de la Universidad Estatal de Michigan, donde ejercía como médico
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El acusado cumple una pena de entre 40 y 175 años sumada a otra de 60 años por pornografía infantil. Recibió sus condenas entre diciembre de 2017 y febrero de 2018, en unos juicios que coincidieron con el estallido del movimiento #MeToo.
Desde entonces, varios personajes públicos han sido acusados de abuso sexual en Estados Unidos. Entre ellos, el productor Harvey Weinstein, el actor Kevin Spacey, el cantante R. Kelly, entre otros.