A pesar de haber tenido dificultades en varios pasajes del partido, los New York Knicks mostraron el carácter suficiente no solo para sobrevivir las ofensivas rivales, sino para superarlas con su propio arsenal para terminar sellando un gran triunfo 130-121 sobre los Indiana Pacers, y así extender su ventaja en la serie de semifinales de la Conferencia Este en los Playoffs de la NBA.
Jalen Brunson sufrió molestias en el pie y OG Anunoby se retiró con una lesión en los isquiotibiales, pero ni siquiera esas bajas impidieron que los neoyorquinos bajaran los brazos, toda vez que Brunson, que llevaba 4 juegos seguidos con más de 40 puntos, cerró su memorable velada con 29 puntos y 5 asistencias tras salir en el primer cuarto y no jugar el segundo hasta después del intermedio.
Estos Knicks, que han hecho de la rabia y el sufrimiento su ADN, son expertos en resistencias numantinas. Pero la extrema y habitualmente reducida rotación de Tom Thibodeau volvió a dar la cara. Donte DiVincenzo sumó 28 puntos y 6 rebotes, Josh Hart (19 puntos, 15 rebotes y 7 asistencias) e Isaiah Hartenstein (14 puntos, 12 rebotes y 8 asistencias) acariciaron el triple-doble.
Los Knicks entraron a la pista de la única forma que saben: mordiendo y dejándose la vida en cada jugada. Anunoby, fundamental en la defensa local, emergió en ataque con 12 puntos en ese primer cuarto en el que los de Nueva York llegaron a ganar por 11.
Sin embargo, la aparición de los dobles dígitos fue un soplo de aire fresco para los Pacers. Obi Toppin brilló con 10 puntos y acompañó a un Tyrese Haliburton ahora sí agresivo con 13 puntos (en todo el primer encuentro solo sumó 6).
Este toma y daca, con un ritmo elevado que beneficiaba a los Pacers, acabó en tablas: 36-36. Con la melancolía de no ver a Brunson ni en la cancha ni el banquillo, los Knicks perdieron terreno ante un Haliburton que tomó el mando.
La construcción del triunfo
Con 9 puntos y 3 asistencias del base en ese periodo, Indiana echó gasolina al fuego de su ofensiva siempre coral y encaró el descanso con una ventaja interesante (63-73) y el ‘tempo’ del partido claramente de su lado.
Pero el inesperado regreso de Brunson fue un envión de moral para estos Knicks que se guían más por el corazón que por la lógica. Un fabuloso parcial de 21-6 en poco más de cinco minutos, con 10 puntos de un DiVincenzo omnipresente, devolvió el mando a los Knicks en medio de la euforia de su afición (84-79 con 6.41 en el reloj).
Los Pacers parecían moribundos y la lesión de Anunoby no frenó a los neoyorquinos, que con 10 puntos del ‘resucitado’ Brunson cerraron un tercer cuarto magistral (36-18 para 99-91 en total). T.J. McConnell, el agitador oficial de Indiana, se puso manos a la obra y un parcial de 3-10 dejó a los de Rick Carlisle a tiro de piedra (102-101 con 8.02 por delante).
Pero Indiana volvió a naufragar en defensa y en el rebote defensivo, lo que le permitió a Brunson y a DiVincenzo rematar otra noche de fuegos artificiales en Nueva York.