La cautela no restó eficacia a Costa Rica, que obtuvo el derecho a disputar el repechaje ante Nueva Zelanda como vía de acceso al Mundial, tras imponerse el jueves 2-0 sobre Estados Unidos, que pese a la derrota certificó su pasaje directo a Qatar.
El defensa Juan Pablo Vargas abrió el marcador a los 51 y el delantero Anthony Contreras amplió la diferencia ocho minutos después.
Con la excepción de Keylor Navas, el arquero del París Saint-Germain que jugó de inicio, los ticos presentaron prácticamente un plantel alterno para el encuentro de la última fecha de las eliminatorias de la CONCACAF.
El técnico colombiano Luis Fernando Suárez prefirió dejar en el banquillo a titulares habituales como el defensor Francisco Calvo, el capitán Bryan Ruiz, el volante Celso Borges y el delantero Joel Campbell. Todos estaban en riesgo de quedar suspendidos para el repechaje que se realizará en junio en Qatar si se llevaban una tarjeta amarilla más ante la selección estadounidense.
Costa Rica llegó al encuentro en el Estadio Nacional todavía con posibilidades matemáticas de avanzar directamente a Qatar. Pero además de imponerse por un margen considerable, tenía que esperar una derrota de México ante El Salvador en el partido simultáneo que se realizó en el Estadio Azteca.
Esa condición no se cumplió. México ganó 2-0 y está en el Mundial sin escalas, como segundo del octagonal definitivo, detrás de Canadá y delante de Estados Unidos, que pese al tropiezo en San José dejó atrás la pesadilla de eliminatoria que lo marginó de Rusia 2018.
Suárez apostó por un combinado de jóvenes que no desentonó con lo mostrado por su equipo en la segunda vuelta de esta clasificación, en la que ganó seis de los últimos siete compromisos.
Con Keylor Navas como garantía y gracias a ese buen funcionamiento en la recta final, los ticos montaron su fiesta en San José para cerrar la eliminatoria.
La inmensa ventaja de Estados Unidos sobre Costa Rica en la diferencia de goles hacían que la clasificación del equipo de Gregg Berhalter fuera un mero formalismo.
Estados Unidos llegó a San José con 25 puntos simplemente a sellar su pase directo a la Copa del Mundo, el cual solo podía arrebatarle Costa Rica si lograba triturarlo por una diferencia de seis goles.
Con todo, la selección de las barras y las estrellas se fue nuevamente con la espina de no haberles ganado a los ticos en su casa en una eliminatoria.
Los dirigidos por Berhalter tomaron el control del balón desde el inicio del juego, mientras Suárez apostó por mantener un sólido bloque defensivo del que se desprendían en velocidad Jewisson Bennette, Contreras y Brandon Aguilera para intentar el contragolpe.
El gran responsable de contener el resultado para los locales fue Navas, quien cumplió con su rol de estrella y se encargó de negar el gol al menos en tres ocasiones en las que tapó los remates directos de Miles Robinson, Ricardo Pepi y Zimmerman.
La segunda parte inició con nuevos ataques de Estados Unidos que tapó Navas y tras un contragolpe de Benette por la izquierda llegó el tiro de esquina en el que Juan Pablo Vargas se elevó sobre la defensa visitante y venció la portería de Zack Steffen.
Tras el gol de Vargas llegó un minuto de ovación para despedir a Bryan Ruiz en el que de seguro será su último encuentro de una eliminatoria mundialista en casa.
Con el ánimo al tope, los jóvenes de Suárez se animaron al ataque y tras un tiro de Bennette por la izquierda, el también novato Conteras cerró la jugada para poner el 2-0.
Estados Unidos intentó hacer algunos ajustes en busca de contener a la animosa Costa Rica y fue nuevamente Navas quien mantendría en cero su portería con otra gran intervención ante el remate de Yanus Musah al 71.
Seis minutos después Navas pidió cambio ante una leve lesión y también salió bajo una lluvia de aplausos de los aficionados que lo reconocieron como la figura más relevante para Costa Rica en esta eliminatoria.
Suárez no dudó en hacer más cambios y debutar a más jóvenes como Douglas López, mientras que la afición local celebraba a lo grande cada intervención en la defensa y cada corrida en el ataque.
Estados Unidos jamás perdió la calma, sabiéndose clasificado, se dedicó a administrar los últimos minutos del juego mientras los jóvenes ticos trataban de llevarse un aplauso más de su afición que ahora espera con más ilusión que nunca ese viaje adelantado a Qatar para disputarle el boleto a Nueva Zelanda.