Los islandeses salieron al partido con la intención de mejorar la pésima imagen dada ante Suiza, donde perdieron por 6-0. A Bélgica le costó entrar en el partido y veía como los locales dominaban el balón sin demasiado peligro. La primera del partido la tuvo Sigurdsson con un remate de cabeza que se marchó alto por encima de la portería de Courtois.
Con el paso de los minutos Bélgica ganó protagonismo sobre el terreno de juego y las ocasiones empezaron a llegar. Lukaku lo intentó por partida doble sin fortuna hasta que llegó Hazard y abrió el marcador desde el punto de penalti. Tan sólo dos minutos después, Lukaku remataba la faena y esta vez no perdonaba aprovechando el remate de Kompany tras la salida de un córner. El mazazo para Islandia fue demasiado grande ya que no estaba realizando mal partido hasta el momento.
Los locales salieron mentalizados en la segunda parte para intentar marcar un gol que los metiera en el partido. Bodvarsson tuvo una buena oportunidad que Courtois se encargó de desbaratar. Bélgica con un remate de Vertonghen y un disparo al palo de Meunier quería rematar el partido pero tampoco estaban acertados de cara a puerta.
Sigurdsson con un buen disparo casi consigue recortar distancias pero de nuevo Thibaut se interponía en el camino de los vikingos. Pasaban los minutos e Islandia cada atacaba menos y con menos peligro y al final Bélgica acabó por sentenciar. Mertens se inventó una buena jugada individual para acabar asistiendo a Lukaku que anotó su doblete. El resultado ya no se volvió a mover y los tres puntos viajan con la selección belga.