Un hombre llamado Luciano D’Adamo, de 63 años, despertó en la cama de un hospital de Roma (Italia) en 2019 un día después de haber sido atropellado por un coche, convencido de que era 1980 y que tenía 24 años, informaron este lunes medios locales.
Cuando una enfermera le pidió el número de móvil de un familiar, el hombre le dictó el número de casa de su madre. Unas horas más tarde, le dijeron que habían venido a visitarle dos familiares. Se trataba de su esposa y de su hijo, a los que no reconoció.
«¿Cómo podía ser hijo mío un hombre nacido mucho antes que yo? Y además, ¿qué esposa? Yo no estaba casado, sino comprometido, y desde luego no con aquella mujer que debía de tener casi 60 años, sino con una muchacha de 19, es más, el matrimonio ya estaba concertado, nos casaríamos cuatro meses después», relató D’Adamo.
Pero cuando logró levantarse de la cama para ir al baño y se vio en el espejo, vio a un hombre de pelo canoso y rostro marcado por la edad y empezó a gritar. En ese instante empezó a comprender que todo lo que le habían explicado era cierto.
Memoria perdida
Un traumatismo craneal le había hecho perder la memoria de los últimos 39 años de su vida, motivo por el que no reconocía a su cónyuge —antaño su prometida—, no sabía lo que eran los teléfonos móviles ni tampoco que la selección italiana de fútbol había ganado dos Copas del Mundo.
«Aún recuerdo el asombro de viajar en un coche, que en una pantalla me mostraba el mapa de Roma, o más bien la Tuttocittà como solíamos llamarla, mientras una voz decía: ‘En 100 metros gire a la derecha'», continuó el protagonista de esta insólita historia.
Con el tiempo y gracias al apoyo de médicos y allegados, aprendió poco a poco a vivir y trabajar en un mundo totalmente nuevo. Ahora se ocupa del mantenimiento en un colegio y, con la ayuda de los psicólogos, él y su mujer están reconstruyendo una relación que tuvo que empezar de cero.
Lamentablemente, D’Adamo nunca recibió una indemnización porque el conductor del vehículo que lo había atropellado se dio a la fuga y no se logró identificarlo. El hombre esperaba obtener una ayuda del Fondo de Garantía para las Víctimas de Accidentes de Tráfico, pero le dijeron que era imposible porque no existen testigos que presenciaran el atropello.