Buenas noticias para tu tía que se la pasa parando la oreja y espiando a los vecinos desde su ventana, pues recientemente un estudio realizado por diversos especialista expertos en comportamiento humano, han señalado que el ser “chismoso” no es un defecto sino una habilidad social.
Según el análisis el esparcir chismes o ser demasiado comunicativo tiene una finalidad que no tiene que ver con la crueldad o el egoísmo sino con una forma en que los humanos cuidan sus intereses a costa de los demás, al mismo tiempo que permite mantener intacta la reputación de la persona en cuestión.
Es así que lejos de ser un comportamiento “malintencionado”, los psicólogos consideran que con el paso del tiempo esto se ha convertido en una habilidad social, pues el “chisme” forma parte esencial del mundo en el ámbito social.
¿Por qué el chisme es bueno?
La razón principal de esta consideración se debe a que el por medio de la comunicación y el “chisme” se pueden estrechar vínculos, además de que alude a la importancia de la confianza entre la sociedad.
Asimismo los psicólogos consideran que resguardar secretos hace a los demás sentirse incluidos y aquellos que no poseen la información forman parte de una especie de aislamiento social.