Abre la app de cámara de tu móvil y cambia el modo al sensor delantero. Ahora levanta tu mano izquierda pero no saques la foto. Lo que estás viendo en el visor de la cámara, es lo mismo que verías al mirarte en un espejo. Ahora saca la foto. ¿Qué acaba de ocurrir? Tu selfie ha sido invertido automáticamente, amén de que antes parecía ser tu mano izquierda ahora ha pasado a estar en tu derecha, y todos los rasgos de tu cara han cambiado.
Es muy probable que este fenómeno se haya traducido en cientos de miles de selfies descartados y eliminados porque sus protagonistas “no se veían bien” en la imagen final, y es que el grueso de los smartphones actuales deciden invertir las fotografías tomadas con la cámara delantera de manera automática, a pesar de que la gran mayoría de personas prefiere la imagen original. Esa en la que se muestra lo mismo que verías al mirarte en un espejo.
A menos que lleves utilizando un móvil con cámara delantera desde los tres años de edad, y no te hayas separado de aplicaciones como Instagram o Snapchat desde entonces (cosa poco probable si estás leyendo esto), lo más probable es que, como la mayoría de seres humanos, el espejo haya sido la manera más habitual de ver tu rostro. Al fin y al cabo, tal y como señala Pamela Rutledge, directora del Centro de Psicología de los Medios en un artículo de The Atlantic, desde que somos niños tenemos la costumbre de mirarnos al espejo para llevar a cabo incluso las tareas más simples de nuestro día a día (peinarnos, maquillarnos, cepillarnos los dientes…) y poco a poco nos vamos familiarizando con ese rostro, hasta llegar al punto de desarrollar cierta preferencia e incluso tener la percepción de que lo que vemos en el espejo, es lo mismo que ven los demás al mirarnos.
Es por ello que, cuando vemos una imagen en la que aparece nuestro rostro invertido (como realmente lo ven todos los demás), nos resulta extraño y no nos vemos tan favorecidos como cuando nos miramos al espejo mientras buscamos el ángulo perfecto, dado que nuestro rostro no es perfectamente simétrico, y es posible que en las fotos invertidas veamos pequeños detalles que no aparecen en la imagen del espejo. O lo que es lo mismo, detalles que no aparecen en el visor de la cámara antes de hacernos un selfie, pero sí lo hacen en la captura final.
Por tanto, lo único que hacen los móviles al girar la fotografía es intentar ofrecernos una imagen más real, en lugar de “mentirnos” tal y como el espejo lleva haciéndolo desde hace siglos. Aunque eso se acabe traduciendo en decenas de intentos para conseguir tomar el selfie perfecto.
¿Cómo puedes evitarlo?
Ahora bien, siempre puedes no aceptar la realidad y cambiar la forma en la que las imágenes son capturadas con la cámara delantera de tu móvil. La gran mayoría de apps de cámara de los terminales, incluyen la posibilidad de activar una opción llamada “Efecto Espejo” o “Selfie Invertido”, que guarda la captura final tal y como la vemos en el visor, sin llevar a cabo la modificación que generaría una imagen más similar a lo que el resto de personas ven de nosotros.
Además, aplicaciones como Instagram o Snapchat, de las que antes hablaba, directamente muestran las imágenes y los vídeos capturados con este “Efecto Espejo”, y en ningún momento se realiza la inversión de la imagen.