El ser humano ha tenido que convivir con los virus desde su existencia. Adaptarse, curarse o morir eran los finales de los encuentros. Hoy, un nuevo coronavirus amenaza con extender una pandemia desde China pero su capacidad de acabar con las vidas (un 2 % de los infectados, según los primeros datos) no se acercará a otros peligros para los seres humanos encabezados por el ébola, que ha llegado a ser letal con el 90 % de los infectados.
Fiebre hemorrágica de Marburgo
La enfermedad por virus de Marburgo (EVM) es una enfermedad letal en muchas ocasiones. Se transmite por contacto directo con los infectados por la sangre, fluidos orgánicos y tejidos.
El huésped habitual es el murciélago de la fruta, pero también se ha transmitido a través de otros animales enfermos como los monos. De hecho, también es conocida como la enfermedad del mono verde.
Los efectos son similares a los del ébola. Empieza con fiebre y después las hemorragias son muy intensas por la boca o el recto en casos graves. La tasa de mortalidad es muy variable, desde el 25% en el primer brote asociado a un laboratorio en 1967 hasta más del 80% en la República Democrática del Congo de 1998 a 2000 porque no hay un tratamiento antiviral.Se han registrado menos de 500 casos hasta la fecha.
Fiebre hemorrágica del Ébola
Comienza con fiebre y malestar pero se agrava con problemas gastrointestinales, sangrado, shock y un fallo sistémico multiorgánico que puede llevar a la muerte.
Se conocen al menos 6 diferentes variantes del ébola, un virus que suele atacar en África Central y Occidental con brotes que suelen acabar con un centenar de personas.
De nuevo los murciélagos de la fruta son los principales transmisores del virus, aunque los primates salvajes también pueden contagiar esta enfermedad cuando hay contacto directo.
La tasa de mortalidad varía desde el 0 % al 80 %. En el año 2016 fallecieron en Liberia 11.300 personas de las 28.500 afectadas.
Rabia
Hay una amplia variedad de animales que pueden transmitir este virus. El problema es que pueden ser tanto domésticos como salvajes. Los murciélagos son los sospechosos habituales, pero también los perros, gatos, mangostas, mapaches o lobos.
El método de contagio habitual es una mordedura o un contacto directo. El virus debe llegar al cerebro para atacar al organismo humano.
Generalmente se manifiesta primero como una gripe y molestias en la zona del mordisco. Después llegan los síntomas cerebrales como alucinaciones, confusión o hidrofobia. Destruye el cerebro.
Las vacunas deben administrarse durante el período de incubación y lo más rápidamente posible. Según recuerda el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (Estados Unidos), rara vez hay supervivientes humanos tras darse a conocer los síntomas.
VIH
El VIH o Virus de la Inmunodeficiencia Humana es un retrovirus que ataca al sistema inmunitario de la persona infectada. Ataca a los linfocitos CD4, que son parte fundamental del sistema inmunitario del ser humano.
Aunque en los países desarrollados no es tan devastador como cuando comenzó a extenderse, su tratamiento. No hay cura, pero hay medicamentos para mantener una vida más saludable y evitar los contagios con las medidas oportunas
Actualmente, la manera más habitual de contagiarse es por vías sexuales, compartir agujas o jeringuillas para drogarse o perforarse o con el contacto de sangre, semen o secreciones en heridas abiertas. En Estados Unidos cada año hay 38.000 nuevos infectados y ya suman más de un millón.
Desde que se conoció el virus (comienzos de los años 80 del siglo XX) han muerto 36 millones de personas. En el África subsahariana 1 de cada 20 adultos es portador del virus.
Viruela
Se considera erradicada pero ha sido letal con números espectaculares. En Europa mató a 60 millones de personas en el siglo XVIII. En el siglo XX, acabó con 300 millones de seres humanos en todo el planeta.
Se contagia a través de la saliva entre personas que no han sido vacunadas. Su capacidad para extenderse es especialmente productiva. Las vacunas garantizan cierta inmunidad pero en caso de nuevos brotes es recomendable una dosis de recuerdo.
Los síntomas suelen ser dolor de espalda, sangrado, diarrea o delirio dos semanas después de haber sido infectado.
Hantavirus
El hanta es un virus que causa una enfermedad similar al de las fiebres hemorrágicas. También provoca sangrados excesivos. En Europa y Asia los problemas suelen asociarse con enfermedades renales y los problemas hemorrágicos, mientras que América las cepas suelen afectar más a los pulmones.
La causa más frecuente de contagio es por inhalación en lugares contaminados. Los animales que suelen extender este virus son los roedores, ya sea por contacto directo, mordeduras o exposición a sus excrementos.
Todavía no existe un tratamiento eficaz. Según la OPS, la tasa de mortalidad del Síndrome Cardiopulmonar por Hantavirus es de un 38 %, mientras que los centros de control de enfermedades en Estados Unidos establece una cifra de entre el 5 % y 15 % cuando la fiebre hemorrágica conlleva síndrome renal.
Influenza (Gripe)
La gripe es una de las enfermedades más infravaloradas porque a menudo se confunde con el resfriado. El virus de la influenza puede contraerse al inhalarse por la tos o estornudos de un infectado. También puede ser por contacto directo con un lugar infectado si después contacta con boca, ojos o nariz.
Los síntomas son casi inmediatos. En uno o dos días parecerá la fiebre alta, el dolor de garganta y la secreción nasal acompañada por escalofríos y dolores musculares.
Los grupos de riesgo suelen tener problemas porque no existe un tratamiento más allá de los síntomas. Para los más vulnerables lo recomendable es la vacuna antigripal, que ayuda a la prevención.
El Instituto Nacional de Estadística registró 1.175 fallecimientos a causa de la gripe en el año 2007 en España. En el mundo, los muertos por gripe son entre 250.000 y medio millón, según la Organización Mundial de la Salud. En España, la tasa de ancianos no vacunados fallecidos por este virus fue del 60 %.
Dengue
Es un virus transmitido principalmente por mosquitos habitualmente ceñido a zonas tropicales y subtropicales. La fiebre alta, la erupción cutánea y los dolores musculares son los síntomas frecuentes, pero en los casos graves aparecen el sangrado intenso y el descenso brusco de la tensión arterial.
Es una enfermedad que ha aumentado su contagio debido al aumento global de las temperaturas y a la mayor circulación de viajeros. Según la Organización Mundial de la Salud, aproximadamente la mitad del planeta tiene el riesgo potencial de contraer esta enfermedad.
No existen vacunas y lo mejor es evitar las zonas de mosquitos porque no hay un tratamiento específico en casos graves. En el caso de una asistencia rápida y adecuada las tasas de mortalidad se rebajan hasta el 1 %, pero en el año 2015 en América se registraron 10.200 casos con 1.181 fallecimientos asociados. Es la segunda causa de muerte entre los viajeros a lugares tropicales poco desarrollados.
Rotavirus
Es un virus especialmente contagioso que suele atacar al sistema gástrico. Suele provocar vómitos y diarrea líquida, a veces durante una semana, que puede estar acompañada por dolores y fiebre.
La mayor amenaza del rotavirus es que suele extenderse rápidamente por bebés y niños pequeños. Suele trasladarse desde las heces al aire y se incorpora habitualmente por vía oral. El problema es que cuando no se trata puede conllevar deshidratación y un resultado letal.
Existen vacunas que previenen contra el contagio del rotavirus. No obstante, en los países menos desarrollados el potencial letal es difícil de detener. Se calcula que en el año 2008 murieron casi medio millón de niños menores de cinco años.
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