La sudafricana Johanna Mazibuko, considerada la persona más longeva del mundo, falleció a la edad de 128 años. Según sus documentos, Johanna nació el 11 de mayo de 1894, y vivió en su casa en Jouberton durante toda su vida. La familia de Johanna informó que murió el 3 de marzo debido a un derrame cerebral, después de haber sido tratada en el hospital varias veces en las últimas semanas.
Johanna, quien no sabía leer ni escribir, tuvo siete hijos con su esposo, Stawana Mazibuko, y era abuela de 50 nietos. El año pasado, Johanna declaró que estaba «asombrada» de seguir viva antes de su último cumpleaños. «¿Por qué sigo aquí? La gente a mi alrededor ha estado muriendo… ¿Cuándo moriré yo? ¿Qué sentido tiene seguir viva? El mundo me ha cansado porque estoy aquí sentada sin hacer nada», aseguró.
La extrañarán
La comunidad está de luto por su muerte, y su nuera Thandiwe Wesinyana la describió como una madre para todos. «Nos encantaba rezar juntas y pasábamos la mayor parte del día bebiendo té y hablando», dijo Wesinyana a medios locales. «Ya no sé con quién voy a divertirme. Se ha abierto una herida, me duele el corazón y estoy destrozada. La comunidad está triste. Todos hemos perdido a una madre», añadió.
Johanna fue llevada al hospital el 14 de febrero por su sobrina, donde fue tratada por un derrame cerebral antes de ser dada de alta el 28 de febrero. Pocos días después, falleció en su casa y fue enterrada el sábado.
Tres hermanos la sobreviven
Johanna era una de 12 hermanos, tres de los cuales siguen vivos. Se cree que fue la persona más anciana del mundo en el momento de su muerte, pues tenía documentos que indican que nació el 11 de mayo de 1894, según documentó el diario inglés Daily Star.