Un equipo de investigadores del Instituto de Tecnología de California (Caltech) y el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA ha publicado un nuevo estudio sobre la geología de Encélado, la luna helada de Saturno, que podría ayudar a determinar si en ese cuerpo celeste hay vida.
Las ‘rayas de tigre’ y la habitabilidad de la luna
En Encélado se ha descubierto un océano global subterráneo que periódicamente hace erupción de chorros de cristales de hielo y columnas de gas sobre su polo sur. Esas erupciones proceden de cuatro fracturas, denominadas ‘rayas de tigre’, que se observan en la superficie de la luna. Los investigadores determinaron que las variaciones en el brillo de los chorros estaban sincronizadas con un supuesto movimiento de deslizamiento lado a lado de estas fallas.
El estudio, dirigido por el estudiante de doctorado Alexander Berne, utiliza un modelo geofísico detallado para caracterizar el movimiento de estas fallas. Comprender estos procesos geofísicos que controlan la actividad de los chorros y otros factores es crucial para obtener con el tiempo una imagen detallada de la habitabilidad potencial de Encélado.
«Para que la vida evolucione, las condiciones de habitabilidad tienen que ser adecuadas durante mucho tiempo, no solo un instante», afirma el profesor de geofísica y coautor de la investigación, Mark Simons. «En Encélado se necesita un océano de larga vida. Las observaciones geofísicas y geológicas pueden proporcionar limitaciones clave sobre la dinámica del núcleo y la corteza, así como sobre el grado en que estos procesos han estado activos a lo largo del tiempo».
Similar a la falla San Andrés
El estudio sugiere que las ‘rayas de tigre’ de Encélado se abren de manera diferente a lo que se pensaba anteriormente, y los investigadores determinaron que el movimiento de las grietas es similar al movimiento de deslizamiento de lado a lado de la falla San Andrés en California (EE.UU.). Los resultados de esta investigación se publicaron el lunes en Nature.
Los investigadores teorizan que los chorros individuales ocurren en «separaciones» en las fallas: secciones dobladas de la falla que se abren bajo un movimiento regional de rumbo-deslizamiento. «Ahora parece que tenemos razones tanto geológicas como geofísicas para sospechar que la actividad de los chorros se produce en las zonas de separación a lo largo de las franjas de tigre de Encélado», explica Berne.
«Se necesitan mediciones detalladas del movimiento a lo largo de las rayas del tigre para confirmar las hipótesis expuestas en nuestro trabajo», afirma Berne. «Por ejemplo, ahora tenemos la capacidad de obtener imágenes de deslizamientos de fallas, como terremotos, en la Tierra utilizando mediciones de radar desde satélites en órbita», agrega.
«La aplicación de estos métodos en Encélado debería permitirnos comprender mejor el transporte de material desde el océano a la superficie, el espesor de la corteza de hielo y las condiciones a largo plazo que pueden permitir que la vida se forme y evolucione en Encélado», subraya Berne