En medio de la emergencia climática global, la distribución de las aguas en el planeta está cambiando. La tendencia no es favorable para el consumo humano. Por esta razón, la ciencia se ha movilizado desde diferentes ramas del conocimiento para encontrar alternativas más sustentables para abastecernos de agua potable. Podría ser que el mar sea una opción asequible.
Un equipo internacional de científicos invirtió esfuerzos considerables para, a partir de la energía del sol, diseñar purificadores de agua. A pesar de que la alternativa no es nueva, la aportación verdaderamente significativa es que el desarrollo puede convertir el agua subterránea salobre en agua potable, perfectamente consumible para los seres humanos.
En tan sólo media hora, la filtración utiliza una estructura organometálica (MOF) que, en interacción con la luz solar, puede purificar diversas fuentes de agua salobre. De acuerdo con Popular Mechanics, «este nuevo material se carga al sol durante solo unos minutos, lo que restablece la estructura de los iones cargados en el material, preparándolos para absorber la sal y otras partículas de una cantidad de agua salobre».
La misma naturaleza química del MOF permite que su superficie atraiga y atrape las partículas salinas, que hacen que el agua no sea aprovechable. Finalmente, cuando se expone al sol, el material libera las sales capturadas.
El estudio fue publicado en Nature Sustainability, dada la sorprendente capacidad el MOF para producir agua potable. El equipo de científicos logró reducir el total de sólidos disueltos (TDS) en el agua de 2 mil 233 partes por millón (ppm) a menos de 500 ppm. La cifra es notable, ya que está muy por debajo del umbral recomendado por la Organización Mundial de la Salud de 600 ppm para agua potable segura.
Por esta razón, la definición de «agua salada» para esta nueva tecnología purificadora literalmente puede ser cualquier cosa. En principio, podría tomarse una muestra del Mar Muerto, el punto más salino del mundo, y el material con el que se construyó MOF podría convertirla en agua perfectamente consumible para los seres humanos.
La esponja de iones es tan poderosa, que logra atraer la mayor parte de las impurezas tóxicas del agua. Además, los investigadores señalan que la nueva tecnología requiere de una cantidad ínfima de energía solar para funcionar correctamente. La luz del sol no sólo es gratuita, sino que es más eficiente que los sistemas de purificación que requieren de la fuerza de gravedad.
Así, según el estudio, el trabajo «[…] abre una nueva dirección para el diseño de materiales sensibles a los estímulos para la desalinización y purificación de agua energéticamente eficientes y sostenibles», concluyeron los investigadores.