Un grupo de danzantes aztecas ha presentado una demanda contra el Departamento del Interior de EE.UU., después de que les fueran confiscadas las plumas de sus trajes típicos cuando cruzaban la frontera entre México y EE.UU.
Los hechos se remontan al pasado mes de marzo, cuando los agentes de Aduanas y Protección Fronteriza le decomisaron al grupo, denominado ‘Danza Azteca Tenochtitlán’, más de 1.500 plumas, que forman parte de sus prácticas culturales y religiosas, en la puerta de entrada de San Ysidro, en la ciudad californiana de San Diego.
Las plumas incautadas eran de guacamayas, loros, faisanes, patos, palomas, cuervos, pavos, emúes y halcones. Posteriormente, algunas de ellas fueron devueltas a los danzantes mientras que otras, como las de los faisanes, fueron retenidas por tratarse de aves protegidas y en extinción.
El grupo asegura que estos materiales son tesoros de varias generaciones y que solo las recolectan de animales muertos o bien cuando las aves cambian plumaje. «Lo único que hacemos es expresar la tradición en forma artística y creativa», señaló la integrante del grupo, Ruby Marek, que, además, fue multada con 500 dólares por no declarar los artículos. «Me gustaría tener derecho de demostrar mi cultura y religión sin ser tratado como criminal», agregó.
La demanda del grupo danzante busca una compensación de un millón de dólares para cada de los cuatro demandantes por «violar sus derechos a practicar su religión», indicó el abogado Jaime Gutiérrez. Según esgrimió, los derechos de los danzantes aztecas deberían ser protegidos de igual manera que los de los indígenas nativos de territorio estadounidense.
«A los nativos americanos en EE.UU. se les permite tener plumas de guacamayo y otras plumas por razones ceremoniales y, nuevamente, son venerados, pero en el caso de los nativos americanos que vienen de México, de alguna manera, por alguna razón, sus plumas están siendo confiscadas», lamentó.