Científicos japoneses han estudiado en detalle los eventos geológicos que tuvieron lugar en nuestro planeta antes de la última reversión de los polos magnéticos, acontecida hace unos 773.000 años, y determinaron que todo el proceso se prolongó como mínimo por 20.000 años, mientras que al menos 10.000 años antes de su inicio el campo geomagnético de la Tierra se volvió inestable.
El estudio fue publicado en la revista Progress in Earth and Planetary Science el 1 de septiembre, y según comentó su autor principal Yuki Haneda, del Instituto Nacional de Investigación Polar (NIPR), en un comunicado publicado el pasado jueves, representa «uno de los registros paleomagnéticos más detallados durante la inversión geomagnética de Matuyama-Brunhes, ofreciendo un profundo panorama del mecanismo de la inversión geomagnética».
Los polos magnéticos normalmente cambian cada 200 o 300 milenios, pero la última vez tardaron más del doble de ese tiempo. Si bien no se conocen mucho los efectos exactos de estas reversiones en la vida terrestre, el estudio de los investigadores japoneses ofrece un mejor entendimiento de los procesos geológicos previos al cambio y cómo el planeta reaccionó después.
Para reconstruir la secuencia completa de la última inversión geomagnética, los científicos realizaron análisis paleomagnéticos de rocas de nuevas muestras de la sección compuesta de Chiba, una sucesión marina continua y expandida en el centro de Japón, contó Haneda, quien explicó que se considera que esta zona contiene el registro sedimentario marino más detallado de aquel cambio de campos magnéticos.
Ahora los científicos planean estudiar los microfósiles marinos y polen de las muestras recolectadas para descubrir cómo la reversión geomagnética influyó en el plancton y las plantas.