Desarrollaron micro robots de entre 100 nanómetros a apenas pocos milímetros preparados para tratar diferentes enfermedades del sistema nervioso central como el Parkinson o tumores cerebrales, como los gliomas.
Estos nanorobots, creados por la startup Bionaut Labs, están pensadas para ser inyectadas en el cuerpo del paciente e ir hasta la zona afectada, con el objetivo de llevar el medicamento para tratar la afección. También podrían ser empleados para realizar microcirugías.
El principal beneficio es que van a sitios de difícil acceso del cuerpo, y llevan la dosis justa, con la potencialidad de disminuir los efectos laterales que puede tener la administración de esos medicamentos de formas más tradicionales, según aseguran sus creadores. A su vez, podrían ser empleados para realizar intervenciones en zonas del cerebro donde la precisión es clave para evitar daños.
Por lo pronto ya se han hecho testeos en ovejas y cerdos. Se estima que las primeras pruebas en humanos se realizarán en dos años. De ser aprobada, los robots pueden ofrecer avances clave sobre tratamientos ya existentes para enfermedades cerebrales y otras afecciones también.
Estos micro robots terapéuticos se pueden diseñar a medida, con diferentes características y dimensiones, según el objetivo del tratamiento. Los dispositivos contienen piezas móviles que se gestionan de forma remota con un controlador magnético compacto, lo que les permite moverse, cortar tejido y liberar la medicación en el sitio indicado.
La empresa utiliza energía magnética para propulsar los robots, en lugar de técnicas ópticas o de ultrasonido. Bobinas magnéticas ubicadas fuera del cráneo del paciente se conectan a una computadora que puede maniobrar de forma remota el robot diminuto hacia la parte afectada del cerebro, antes de retirarlo por la misma vía.
El aparato entero es fácilmente transportable, a diferencia de un IRM (imagen por resonancia magnética), y usa entre 10 y 100 veces menos electricidad, según destacaron en una nota de AFP.
“La idea de un micro robot surgió mucho antes de que yo naciera”, dijo el cofundador y director ejecutivo Michael Shpigelmacher, en diálogo con ese medio. “Uno de los ejemplos más famosos es un libro de Isaac Asimov y una película llamada ‘Viaje fantástico’, donde un grupo de científicos se adentran al cerebro en una nave espacial miniaturizada, para tratar un coágulo”.
En una simulación realizada para mostrar la tecnología de este sistema, se vio cómo el robot seguía lentamente una trayectoria ya programada a través de un contenedor lleno de gel, que simulaba la densidad del cerebro humano.
Se vio cómo el robot, un cilindro metálico de pocos milímetros de largo, se acercaba a una bolsa llena de un líquido azul, que luego era perforada por el extremo puntiagudo del dispositivo a fin de que el líquido corriera.
De ese modo se probó cómo el robot podría usarse para perforar quistes llenos de fluidos dentro del cerebro cuando los ensayos clínicos inicien en dos años.
De ser exitoso, el proceso puede ser usado para tratar el síndrome de Dandy-Walker, una rara malformación cerebral que afecta a los niños según anticiparon sus creadores. Quienes lo padecen pueden experimentar quistes del tamaño de una pelota de golf, que se inflan y aumentan la presión en el cerebro, desatando una serie de condiciones neurológicas peligrosas.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) concedió el año pasado a Bionaut Labs las aprobaciones que allanan el camino a ensayos clínicos para tratar el síndrome mencionado, así como los gliomas malignos.
En el último caso, los robots diminutos se usarán para inyectar drogas contra el cáncer directamente a tumores cerebrales en una suerte de golpe quirúrgico.