Un detective del arte recibió en su vivienda de Ámsterdam (Países Bajos) uno de los objetos más «antiguos y sagrados» del catolicismo: la reliquia de la Preciosa Sangre de Cristo, que había sido robada de una abadía francesa donde estuvo durante unos mil años. «Como católico, es lo más cerca de Jesús y de la leyenda del Santo Grial que puedes estar. Fue una experiencia religiosa», contó Arthur Brand, conocido como el ‘Indiana Jones del arte’.
La reliquia fue sustraída en la noche del 1 al 2 de junio de la abadía del pueblo de Fécamp, en el norte de Francia, dos semanas antes de la misa de la Preciosa Sangre. Según Brand, el autor del robo confió el objeto a otra persona, que le escribió al detective un correo electrónico anónimo para pedirle que la devolviera, ya que era riesgoso llevarla directamente a la abadía. La respuesta de Brand al correo fue que dejaran el objeto delante de su casa.
«Esa persona se dirigió a mí en nombre de otra, en cuya casa estaban las reliquias robadas», contó, y agregó que «tener la última reliquia, la sangre de Jesús, en tu casa, robada, es una maldición». Además, señaló que cuando los ladrones se dieron cuenta de qué era el objeto comprendieron que no podrían venderlo, por lo que decidieron deshacerse de él.
La devolución de la reliquia se efectuó un día de la semana pasada. Cuando sonó el timbre en su casa a las diez y media de la noche, el detective abrió la puerta. La calle estaba desierta, pero que alguien había dejado una caja de cartón. En su interior descubrió un cofre de oro, de unos 30 centímetros de altura, con dos viales de metal que, según el catolicismo, contienen gotas de la sangre de Jesús recogidas tras su crucifixión.
El siguiente paso de Brand fue comprobar si el objeto era real. «He mirado todos los libros e imágenes. No puede ser falsificado en tres semanas. Es real», aseguró.
«Soy católico. Por más de mil años la gente rezó sobre ella [la reliquia]. Rezaron para que su hijo volviera de la Cruzada y para que su hija se curase de la plaga. Se le atribuyen milagros. Hallar un Picasso es lindo, pero esto significa mucho más para cientos de millones de personas. Esto trasciende lo artístico», expresó.
Por último, contó que su intención es llevar la reliquia a la Policía neerlandesa para que sea devuelta a Francia.
La reliquia no fue el único objeto que los ladrones devolvieron, ya que en la caja también había varias placas litúrgicas de cobre, representaciones de santos y una copa ornamentada que fueron robadas de la abadía en junio pasado.