En Turquía, arqueólogos de la Academia de Ciencias de Austria descubrieron en la antigua ciudad de Éfeso, famosa por acoger una de las siete maravillas del mundo, un barrio del período bizantino temprano que fue repentinamente destruido en 614-615 d. C.
Todos los enseres domésticos de las habitaciones se conservaron porque resultaron ‘sellados’ con una gruesa capa de ceniza, lo que hace que el hallazgo sea comparable a sitios arqueológicos como Pompeya, proporcionando la posibilidad de «obtener una foto instantánea de la vida antigua», según un comunicado de la academia.
El distrito recién descubierto está ubicado en la plaza de Domiciano, un emperador romano del siglo IV de nuestra era, y fue un importante lugar público adyacente al ágora superior, el centro de la ciudad romana. Las estancias excavadas eran una tienda de comida, un almacén, una taberna, una tienda de lámparas y suvenires cristianos para peregrinos y un taller con una sala de ventas.
Los investigadores encontraron allí una gran cantidad de platos, entre ellos cuencos enteros con restos de marisco, como berberechos u ostras, así como ánforas llenas de caballa salada. Además, se recuperaron huesos de melocotones y aceitunas, guisantes carbonizados y almendras.
Asimismo, desenterraron cuatro sólidos bizantinos -monedas de oro creadas por el emperador Constantino I el Grande (324-337)- y varios cofres con más de 700 monedas de cobre.
Un hallazgo completamente único han sido 600 pequeños recipientes de cerámica que los peregrinos cristianos colgaban de su cuellos.
Algunos de los edificios se encuentran perfectamente conservados, con paredes que alcanzan hasta 3,4 metros de altura.
«Era de esperarse que el gran complejo de plazas romanas original fuera construido sobre tiendas y talleres en la Antigüedad tardía. Sin embargo, lo que fue completamente inesperado fue el estado de conservación», comentó el hallazgo Sabine Ladstätter, directora del Instituto Arqueológico de la Academia de Austria, que está al cargo de las excavaciones desde 2009.
Los especialistas creen que la destrucción del distrito se debió a una invasión militar.
«Los hallazgos arqueológicos nos muestran una destrucción por un incendio masivo que debió ser repentino, dramático y decisivo», expresó Ladstätter. «¿Fue un terremoto? No hay indicios de eso. Ni las paredes se han movido ni los pisos se han levantado. Tampoco se encontraron restos humanos. Sin embargo, se excavaron varias puntas de flecha y puntas de lanza, lo que indica un conflicto militar», explicó la experta.
Las ruinas de Éfeso, una importante ciudad de población griega en la Antigüedad, se encuentran a unos 80 kilómetros de Izmir, en la costa turca del mar Egeo. La urbe fue fundada por tribus jonias alrededor del siglo X a. C. en el lugar de otros asentamientos más antiguos.
Durante muchos siglos, esta ciudad portuaria fue un importante centro político, económico y cultural, y, tras una larga decadencia, dejó de existir completamente ya en el siglo XV d. C.
Uno de los eventos más famosos relacionado con Éfeso tuvo lugar en el 356 a. C., cuando un individuo llamado Heróstrato prendió fuego al templo de Artemisa, una de las siete maravillas del mundo antiguo, con el único objetivo de hacerse famoso.