Al trote y con la cabeza puesta en la Champions el Barcelona asentó su liderato en La Liga tras ganar al Rayo por 3-1 en un partido en el que los madrileños se adelantaron, puede que demasiado pronto, y luego no pudieron aguantar el despertar del Barcelona.
Valverde planteó pocas rotaciones en cuanto a nombres en el once titular. Con Lenglet sancionado, Umtiti fue titular y descansaron por decisión técnica Sergi Roberto, Rakitic y Dembélé. Bueno, eso que descansaron esos tres no sería del todo correcto, porque de salida todos los del Barça, a excepción de Arturo Vidal, que no negocia ni un esfuerzo, salieron en modo siesta.
El Rayo por su parte salió a pertrecharse atrás. Lo hicieron los de Michel con más ganas que otra cosa. Hay que tener en cuenta que el Rayo no es un equipo pensado para defenderse. Y esa virtud es la que salvó el partido el tedio y, probablemente, les llevó a la perdición.
Después de 24 minutos en los que no pasaba nada, el equipo madrileño recuperó un balón en el centro del campo que descargó sobre Raúl de Tomás, que no entiende de conservadurismos. El delantero madrileño puso la directa rumbo a la portería culé y aprovechando un malentendido entre Piqué y Semedo, disparó desde la frontal un latigazo ante el que Ter Stegen nada pudo hacer.
Ese tanto posiblemente llegó demasiado pronto para el Rayo, que despertó antes de tiempo a un Barcelona que sin hacer nada del otro jueves embotelló a los madrileños en su área. A pesar de la presión barcelonista, Dimitrievski apenas tenía que intervenir, pero el peligro rondaba su portería. Le fallaba al Barcelona la puntería (caso de Messi) o el último pase, donde Coutinho seguía desesperando al Camp Nou.
El Rayo dejó claro que es un equipo que no se defiende bien y cedía cada vez más saques de esquina y faltas laterales. Demasiadas. Incluso ante un equipo como el Barça que saca tan poco provecho de estas jugadas, dar tantas oportunidades es jugar a la ruleta rusa. Y así llegó el empate culé. Una falta absurda sobre Arturo Vidal en el lateral del campo que botó Messi, fue rematada inapelablemente por Piqué. El Rayo, al menos, pudo defender ese empate hasta el descanso.
Dembélé compareció en el campo por Arthur, por lo que Coutinho, que tiene más oportunidades que el Platanito, pasó a jugar de interior. A la segunda aproximación de Dembélé por su banda, el francés combinó con Semedo, que fue derribado por Amat. El penalti lo convirtió Messi con absoluta calma a la izquierda del portero tras fallar el último ante el Valladolid.
Pero ni con la ventaja en el marcador, el Barça tomó el control del partido y el Rayo, que fue valiente con la entrada de Pozo volvió a demostrar que lo suyo es jugar sin red. El Barça aprovechó esta circunstancia para buscar el tercero. Messi casi lo logra en un lanzamiento de falta que Álex Moreno desvió de cabeza al dejar la barrera para evitar, corriendo hacia atrás, que entrara el balón. El Barça, en contra de cualquier lógica, aceptó el intercambio de golpes en ves de dormir el partido, pero aún así, ahí el Barça impuso su pegada en cuanto apareció Rakitic en el campo, que junto a Dembélé montaron un contragolpe para que Suárez archivara el partido y ya pudieran pensar en la Champions.