La empresa de exploración marina Ocean Infinity retomó la búsqueda del vuelo MH370 de Malaysia Airlines, desaparecido en 2014 mientras cubría la ruta entre Kuala Lumpur y Beijing. Así lo anunció este martes el ministro de Transportes de Malasia, Anthony Loke, quien destacó la iniciativa de la compañía sin precisar la fecha exacta en la que comenzó la operación.
Según Loke, el gobierno malasio aprobó en diciembre la propuesta de Ocean Infinity para explorar una nueva zona de 15.000 kilómetros cuadrados en el sur del océano Índico, donde se cree que podría hallarse el avión. “La operación representa un compromiso importante para resolver uno de los misterios más llamativos de la aviación moderna”, afirmó sin detallar más sobre la duración de la misión.
El vuelo MH370, un Boeing 777, despegó de Kuala Lumpur el 8 de marzo de 2014 con 239 personas a bordo, incluidas 153 de nacionalidad china. Aproximadamente una hora después del despegue, el avión desapareció de los radares tras un cambio de rumbo inesperado. A pesar de una de las operaciones de búsqueda más extensas y costosas en la historia de la aviación, solo se han encontrado tres fragmentos confirmados de la aeronave en el océano Índico occidental, lo que no ha sido suficiente para determinar las causas exactas del incidente.
El informe final de las autoridades malasias señaló que el avión sufrió una desviación intencionada de su curso, pero no identificó al responsable ni sus motivos. Esto ha dado pie a múltiples hipótesis sobre lo ocurrido, sin que ninguna haya sido completamente probada.
Con la reanudación de la búsqueda por parte de Ocean Infinity, “las esperanzas de encontrar el avión y esclarecer el misterio vuelven a cobrar fuerza”. La empresa utilizará tecnología avanzada para rastrear el océano Índico, en un esfuerzo por resolver una de las incógnitas más grandes en la historia de la aviación moderna.
Principales teorías sobre la desaparición
- Hipoxia y fallo mecánico
Una de las hipótesis más aceptadas sugiere que una despresurización en la cabina dejó inconscientes a la tripulación y pasajeros. En este escenario, el avión habría seguido volando en piloto automático hasta quedarse sin combustible y precipitarse al océano.
Informes previos al accidente, divulgados hasta marzo de 2022, indicaron que el avión había presentado fallos en el sistema de presurización ocho meses antes de la desaparición. También se ha documentado que, momentos antes de cambiar de rumbo, el piloto activó un patrón de espera y desplegó los flaps, lo que sugiere que pudo haber intentado un aterrizaje de emergencia antes de perder la consciencia.
- Intervención del piloto (suicidio asistido)
Algunas investigaciones han apuntado al capitán Zaharie Ahmad Shah, de 53 años, como posible responsable de una acción deliberada para estrellar el avión. Se ha planteado la teoría de que habría apagado los sistemas de comunicación y despresurizado la cabina, causando la muerte por hipoxia a los pasajeros y la tripulación antes de desviar la aeronave a una zona remota del océano Índico.
Sin embargo, el informe oficial descartó cambios significativos en su comportamiento o estado emocional que sugirieran una intención suicida. Además, el primer oficial Fariq Abdul Hamid, quien tenía 27 años y se encontraba en su primera misión en un Boeing 777 sin supervisión, no mostró signos de estrés o conflictos que pudieran respaldar esta hipótesis.
- Secuestro
Se investigó la posibilidad de un secuestro por parte de pasajeros o miembros de la tripulación. Dos pasajeros iraníes viajaban con pasaportes robados, pero las autoridades concluyeron que su objetivo era emigrar ilegalmente a Occidente, sin indicios de intenciones hostiles.
Los antecedentes de otros incidentes aéreos, como los atentados del 11 de septiembre de 2001, han generado preocupaciones sobre la posibilidad de que un pasajero o tripulante haya tomado el control del avión. Sin embargo, las evaluaciones de seguridad en el Aeropuerto Internacional de Kuala Lumpur no detectaron riesgos inusuales antes del despegue.
- Intervención remota
Se ha especulado con la posibilidad de que el avión haya sido controlado a distancia mediante un sistema de seguridad diseñado para evitar secuestros. En 2003, Boeing registró una patente para una tecnología que permitiría tomar el control remoto de una aeronave y dirigirla a un lugar seguro en caso de emergencia.
No obstante, la compañía ha asegurado que nunca implementó esta tecnología en sus aviones comerciales. “El Boeing 777-200ER que operaba el vuelo MH370 no contaba con este sistema”, confirmaron los investigadores, descartando la posibilidad de una intervención remota.
- Explosión o fallo catastrófico
Otra teoría sostiene que el avión pudo haber sufrido una explosión en pleno vuelo o una falla estructural grave. No obstante, los restos hallados no presentan signos de daños por explosión, lo que ha debilitado esta hipótesis.