El Departamento de Justicia de Estados Unidos acusó este viernes a un hombre vinculado a la Guardia Revolucionaria de Irán de tramar un plan para asesinar al entonces candidato republicano Donald Trump antes de las elecciones.
En un comunicado, el fiscal general Merrick Garland explicó que el régimen iraní encargó al acusado “dirigir una red de socios criminales para impulsar tramas de asesinato de Irán contra sus objetivos, incluyendo el presidente electo Donald Trump”.
El principal acusado es Farhad Shakeri, de 51 años, descrito en la demanda como un afgano residente en Teherán que pasó una década en la cárcel en Nueva York, donde conoció a sus socios, antes de ser deportado -ahora se le supone en Irán-, y que es un miembro “activo” de la Guardia Revolucionaria.
El Departamento de Justicia asegura que Shakeri participó voluntariamente en una conversación telefónica con el FBI, a los que aseguró que el 7 de octubre pasado le encargaron preparar un plan para matar a Donald Trump en la semana siguiente, pero que nunca pensó en preparar ese plan “en el marco de tiempo propuesto por la Guardia Revolucionaria”, sin que quede muy clara esa contradicción.
Si Shakeri no tenía listo ese plan por entonces, como aseguró que era su caso, la milicia iraní pondría en pausa su misión hasta después de las elecciones porque creían que Trump las perdería y que “después sería más fácil” asesinarlo, agrega.
La acusación se produce después de que en septiembre la campaña de Trump dijera que funcionarios de inteligencia de EEUU habían advertido al entonces candidato “sobre amenazas reales y específicas por parte de Irán con el objeto de asesinarlo”.
“Hay pocos actores en el mundo que supongan una amenaza tan grave para la seguridad nacional de Estados Unidos como Irán”, afirmó el fiscal general Merrick B. Garland en un comunicado. “No toleraremos los intentos del régimen iraní de poner en peligro al pueblo estadounidense”, añadió.
Christopher Wray, director del FBI, declaró: “El Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica –una organización designada como terrorista extranjera– ha estado conspirando con criminales y sicarios para atacar y eliminar a estadounidenses en suelo estadounidense, y eso no será tolerado. Gracias al arduo trabajo del FBI, sus mortales planes fueron frustrados”.
“No hay diferencias”
El jueves, tras el triunfo electoral de Trump, el presidente de Irán, Masud Pezeshkian, declaró que es indiferente quien sea el presidente de Estados Unidos para el vínculo de Teherán con Washington.
“No hay diferencias para nosotros acerca de quién gane las elecciones en EEUU”, dijo Pezeshkian, según informó la agencia estatal IRNA. El mandatario iraní indicó que su país depende de “su fuerza interna” y que además ha dado prioridad al “desarrollo de las relaciones con países islámicos y vecinos”. Aún así, afirmó que mantendrá una “mente abierta y amplia en el cultivo de las relaciones con otros países”.
Horas antes, el portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Ismail Baghaei, había dicho que las elecciones estadounidenses son una oportunidad para “corregir los enfoques y políticas equivocados” de la Casa Blanca hacia Teherán.
Durante su primer mandato presidencial (2017-2021), Trump abandonó unilateralmente en 2018 el acuerdo nuclear firmado por seis potencias en 2015, que limitaba el programa nuclear iraní a cambio del levantamiento de las sanciones económicas. El republicano reimpuso las sanciones, lo que hundió la economía iraní hasta hoy y Teherán respondió con un aumento considerable de su programa nuclear, que también llega hasta la actualidad.
Las relaciones entre Irán y Estados Unidos, muy tensas en las últimas décadas, atraviesan uno de sus peores momentos tras el estallido de la guerra que enfrenta a Israel, que tiene a Washington como su principal aliado, con Hamas y Hezbollah, dos de los grupos islamistas apoyados por Irán.