El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, ha firmado este jueves la extensión de 30 días del estado de excepción decretado el pasado 8 de enero ante la situación de inseguridad que vive el país latinoamericano como consecuencia de la actividad de las bandas armadas, declaradas ahora como «grupos terroristas», y que permite la intervención de las Fuerzas Armadas en las cárceles, sumidas en una espiral de violencia.
La flexibilización del toque de queda seguirá funcionando de igual forma, según ha publicado la cadena de televisión Ecuavisa. Un total de 38 cantones tendrán un toque de queda entre la medianoche y las cinco de la madrugada, 23 estarán sometidos a restricciones entre las dos y las cinco de la madrugada y 160 cantones no tendrán ningún tipo de restricción de movilidad.
Esta medida llegó acompañada de la declaración de un «conflicto armado interno», permitiendo la presencia de militares en las calles del país y su participación en operaciones contra miembros de bandas. La semana pasada, el Tribunal Constitucional avaló la participación militar en las operaciones contra el «terrorismo» incluso sin la existencia del estado de excepción.
El pasado viernes, la Corte Constitucional emitió un dictamen favorable para que los militares permanezcan en la planificación y ejecución de operaciones contra el terrorismo, sin que sea necesario declarar el estado de excepción.
Desde que Noboa decretó el estado de excepción, las fuerzas de seguridad han realizado 153.650 operaciones para detener a los miembros de más de 23 organizaciones, llegando a detener a más de 12.000 personas y acusando a otras 280 de terrorismo, mientras que han abatido a 14. Aunque Ecuador venía arrastrando varios meses de gran violencia, la actual situación estalló después de que el 7 de enero se descubriera la fuga de Adolfo Macías, alias ‘Fito’, cabecilla de Los Choneros, de la cárcel Regional de Guayaquil.
El sistema penitenciario de Ecuador ha sido uno de los focos recurrentes de violencia en la escalada de inseguridad que vive el país sudamericano, fruto de un aumento de la actividad de grupos armados y de combates entre las propias bandas.
PENA DE MUERTE