Donald Trump regresó a los tribunales de Manhattan el jueves, donde sus intentos de desestimar los cargos de encubrimiento de pagos de dinero para mantener su silencio fueron rechazados, preparando el terreno para el primer juicio penal de un ex presidente de Estados Unidos que comenzará el 25 de marzo.
Al mismo tiempo, sus representantes asistieron a una audiencia separada en Atlanta, presionando para que el fiscal principal que presenta cargos de fraude electoral y extorsión contra Trump fuera descalificado del caso.
Son dos de los cuatro casos penales que enfrenta el favorito republicano mientras hace campaña para retomar la Casa Blanca, y sus equipos legales buscan aplazar los juicios hasta después de la votación del 5 de noviembre.
Trump, que ha aprovechado la atención de los medios sobre sus problemas legales para animar a sus seguidores y denunciar a su oponente demócrata Joe Biden, reiteró su afirmación de que los cargos eran “sólo una forma de perjudicarme en las elecciones”.
“¿Cómo puedes postularte para las elecciones si estás sentado en un tribunal de Manhattan todo el día?”, dijo al llegar al tribunal.
Una vez que comenzó la audiencia, el juez Juan Merchán rechazó la solicitud de retraso de Trump y dictaminó que la selección del jurado comenzaría según lo programado a fines de marzo.
El ex presidente enfrenta 34 cargos de fraude contable vinculados a pagos a la estrella porno Stormy Daniels.
Los fiscales dicen que Trump encubrió ilegalmente remesas a su abogado y asistente de toda la vida, Michael Cohen, para reembolsarle los pagos destinados a enterrar historias sobre las supuestas relaciones sexuales extramatrimoniales de Trump con Daniels y una modelo de Playboy.
Montaña rusa jurídica
Los abogados de Trump también lo representarán en Atlanta, Georgia, donde está acusado de conspiración para anular las elecciones de 2020, que perdió ante Biden.
Esa audiencia busca que la fiscal de distrito Fani Willis sea destituida del caso por una supuesta relación con otro fiscal.
La montaña rusa legal de Trump podría continuar el viernes si, como han informado los medios estadounidenses, se emite un fallo en su juicio por fraude civil, en el que se le acusa de inflar groseramente el valor de sus propiedades.
En ese caso, corre el riesgo de tener que pagar hasta 370 millones de dólares y se enfrenta a una prohibición de realizar negocios en el estado de Nueva York.
Y también enfrenta otro posible juicio por conspiración para anular las elecciones de 2020 en Washington.
Trump ha utilizado los numerosos casos legales para alimentar sus afirmaciones de ser víctima mientras hace campaña para regresar a la Casa Blanca.
El caso del dinero secreto se remonta a los últimos días de las elecciones de 2016, cuando Trump estaba a punto de su sorprendente victoria como outsider político contra la candidata demócrata Hillary Clinton.
Un gran jurado de Nueva York acusó a Trump en marzo de 2023 por los pagos realizados a Daniels, cuyo nombre real es Stephanie Clifford.
Los fiscales dicen que el dinero se pagó para silenciar a Daniels por las acusaciones de que tuvo una cita con Trump en 2006, un año después de que él se casara con Melania Trump.
Al final de la campaña, el abogado de Trump, Michael Cohen, dispuso un pago de 130.000 dólares a Daniels a cambio de su promesa de confidencialidad.
Trump se alegró durante años de su reputación de playboy, pero negó el romance con Daniels, que habría ocurrido justo después de que Melania, su tercera esposa, diera a luz.