Activistas dicen que las agencias del Gobierno de Estados Unidos no han hecho lo suficiente para proteger la salud de los residentes y han tratado de mantener bajo perfil el descarrilamiento de 50 vagones de un tren de carga que transportaba productos químicos catalogados como tóxicos.
Los residentes de un poblado de Ohio viven con temor luego de que el 3 de febrero por la noche un tren de Norfolk Southern descarrilara. Fueron 50 de los 150 vagones del tren los que se salieron de las vías.
Apróximadamente 20 de estos vagones llevaban materiales catalogados como peligrosos, como cloruro de vinilo, acrilato de butilo, etilhexilo, acrilato, éter monobutílico de etilenglicol, los cuales «desde entonces se han propagado» en el aire, suelos, y agua, de acuerdo a lo que informó la Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA, en inglés).
En redes sociales se ha hecho eco, incluso, de que la administración estadounidense ha impulsado la noticia sobre supuestos globos espía y objetos voladores no identificados en su territorio para tratar de esconder el desastre medioambiental ocurrido en East Palestine, Ohio.
El nombrado «Chernobyl americano» suscitó un incendio y nubes tóxicas que fueron documentadas por los residentes, quienes tuvieron que ser evacuados. Las llamas estuvieron ardiendo por dos días. Los materiales dentro de cinco vagones, los cuales eran los más peligrosos, fueron quemados en un incendio controlado el 6 de febrero.
Vecinos dijeron que sus aves de corral han muerto repentinamente y que al menos 3,500 peces murieron en 7 millas de arroyos. Sin embargo, la EPA asegura que no hay porqué temer.
Las órdenes de evacuación para el área circundante luego del desastre fueron en un radio de 3.5 kilómetros a la redonda. Las escuelas cerraron. Las evacuaciones incluyeron áreas del estado vecino de Pensilvania. El 8 de febrero se les permitió regresar.
El tren transportaba carga desde Madison, Illinois, a Conway, Pensilvania.
El gobernador Mike DeWine dijo que el material más preocupante es el cloruro de vinilo, el cual en altas concentraciones puede causar desde desmayos hasta la muerte, según la Agencia para Sustancias Tóxicas y Registro de Enfermedades, de los CDC. El Departamento de Salud y Servicios Humanos también ha catalogado a esta sustancia como causante de cáncer.
La Agencia de Protección del Medio Ambiente reportó este martes que las evaluaciones de aire continúan y se han examinado 291 hogares. «Hasta la fecha, no se identificaron detecciones de cloruro de vinilo o cloruro de hidrógeno para las casas filtradas terminadas», aseguran. Faltan 181 hogares por ser examinados.
La EPA intenta detectar compuestos orgánicos volátiles (Vocs) y otras sustancias químicas preocupantes.
Escuelas y bibliotecas también son monitoreadas. También se monitorean los arroyos Sulphur Run y Leslie Run, asegura el Gobierno. De acuerdo a la prensa, residentes han visto peces muertos en estos cuerpos de agua.
Pete Buttigieg, secretario de Transporte de Estados Unidos, dijo este lunes que el departamento ha apoyado la investigación dirigida por dirigida por la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte.
«Sigo preocupado por los impactos del descarrilamiento del tren del 3 de febrero cerca de East Palestine, Ohio, y los efectos en las familias en los diez días desde que sus vidas cambiaron por causas ajenas a ellas. Es importante que las familias tengan acceso a información útil y precisa», tuiteó Buttigieg.
El secretario agregó que la investigación se asegurará de que la compañía ferroviaria cumpla con sus responsabilidades en el desastre.
Erin Brockovich, activista medioambiental, comunicó que, contrario a la versión oficial, «los residentes tienen miedo y no tienen claro el riesgo para ellos y sus seres queridos. No se está haciendo lo suficiente aquí y estas declaraciones no son suficientes», señaló al respecto de las palabras de Buttigieg.
De acuerdo a The Global Times, expertos chinos consideran que los efectos del accidente en Ohio podrían perdurar por 20 años.