Dos días después de la masacre en la Escuela Primaria Robb de Uvalde, Texas, en la que Salvador Ramos mató a tiros a 19 niños y dos maestras, comenzaron a surgir nuevos detalles que han puesto el foco de atención en la actuación de la policía.
Varias personas que presenciaron el desarrollo del incidente señalaron que testigos urgieron a la policía a entrar en la escuela, y uno incluso consideró hacerlo por su cuenta, frustrado por la falta de acción de los agentes.
En un intento de responder a las crecientes críticas, el agente Victor Escalon, portavoz del Departamento de Seguridad Pública de Texas (DPS, por sus siglas en inglés) de Texas, ofreció una rueda de prensa este jueves en la que defendió la forma de actuar de las fuerzas del orden.
Sin embargo, Escalon reconoció que el atacante tuvo vía libre para entrar en el edificio, corrigiendo relatos anteriores que decían que había sido confrontado por un agente.
Escalon aclaró que la información inicial de que el atacante disparó a un guardia antes de entrar en la escuela es incorrecta y precisó que agentes ingresaron en el centro cuatro minutos después que Ramos.
«No entraron inmediatamente por los disparos que estaban recibiendo», señaló.
De acuerdo a las autoridades, Ramos estuvo dentro de la escuela hasta una hora antes de ser abatido por la policía.
Gritos desesperados
Juan Carranza, que vio lo que estaba pasando desde fuera de su casa, ubicada frente a la escuela, le dijo a la agente que afuera había mujeres gritándole a la policía «¡Entren allí! ¡Entren!».
Sin embargo, explicó el hombre de 24 años, la policía no ingresó.
Javier Cazares, cuya hija Jacklyn murió en el ataque, le dijo a la agencia que corrió hacia la escuela cuando se enteró de la situación, y que allí vio a la policía reunida afuera del edificio.
Entonces sugirió entrar junto con otras personas que estaban allí, dado que la policía «no estaba haciendo nada».
«Se pudo haber hecho más. No estaban preparados», afirmó.
«Lo más rápido que pudieron»
Las autoridades informaron que Ramos se encerró en un salón de clases al que los agentes tuvieron dificultad para acceder.
Escalon dijo que durante el tiempo que los agentes estuvieron en los aledaños de la escuela pidieron refuerzos y también estuvieron «evacuando estudiantes, profesores».
«Una hora después llegaron los equipos tácticos de la Patrulla Fronteriza de EE.UU., entraron, dispararon y mataron al sospechoso», añadió. «Inmediatamente… se convierte en una operación de rescate».
Entretanto, el jefe de la Patrulla Fronteriza de EE.UU., Raúl Ortiz, le dijo a CNN que decenas de agentes respondieron al tiroteo y «no dudaron» en actuar.
«Entraron a ese salón de clases y se encargaron de la situación lo más rápido que pudieron», dijo.
Para cuando las fuerzas de seguridad entraron en la clase donde estaba atrincherado Ramos y lo mataron, él ya había acabado con la vida de 19 niños de entre 8 y 10 años, y la de dos maestras.
Protocolo a seguir en caso de un tirador activo
Hasta hace poco más de 20 años, cuando se presentaba una situación en la que había un tirador activo, el protocolo a seguir para la policía consistía en acudir al lugar del incidente, establecer un perímetro alrededor de la zona y esperar la llegada de la unidad de policías de élite, conocida como SWAT (siglas en inglés de Armas y Tácticas especiales).
Sin embargo, tras la tragedia en la escuela secundaria de Columbine, en Colorado, en abril de 1999, en la que dos estudiantes entraron armados y mataron indiscriminadamente a 12 de sus compañeros y un profesor antes de suicidarse, cambió la forma en la que la policía responde ante estas situaciones.
Después de hacer una evaluación exhaustiva de lo ocurrido en esa tragedia y cómo se respondió a ella, se implementó una estrategia de respuesta mucho más inmediata, llamada Despliegue Rápido.
Desde entonces, la indicación ha sido que los primeros agentes armados en llegar al sitio donde se está desarrollando el tiroteo, deben ir directamente hacia el atacante con el objetivo de matarlo o capturarlo, le explicó a The Washington Post Kenneth Trump, experto seguridad escolar con más de tres décadas de experiencia con escuelas primarias y secundarias.
Nada debe frenar a la policía en su intento de neutralizar al atacante armado.
«Pasas por alto a los heridos, a los muertos, pasas por encima y alrededor de ellos y continúas, porque cada segundo cuenta», dijo. «Ve al tirador».
En los manuales que las escuelas reciben de parte de la policía o expertos en seguridad, se explica claramente que esto es lo que pueden esperar cuando se refugian dentro de la escuela ante la presencia de un tirador activo y esperan la llegada de ayuda.
De acuerdo al manual del Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU. que explica cómo responder ante una situación como la ocurrida en la Escuela Primaria Robb, «el propósito de las fuerzas del orden público es detener al tirador activo lo antes posible».
«Los agentes procederán directamente a la zona en la que se escucharon los últimos disparos».
Una vez que ingresan, el documento recomienda a las personas que se encuentren allí mantener la calma y seguir las instrucciones de los agentes, mantener las manos visibles y evitar hacer movimientos bruscos hacia los agentes como aferrarse a ellos en busca de seguridad.
Pide también evitar los gritos y no solicitar a los agentes ayuda ante la indicación de evacuar el lugar.
Dado el lapso de tiempo que pasó hasta que la policía entró a la Escuela Primaria Robb para responder al atacante, expertos en seguridad cuestionan ahora si se siguieron o no los protocolos vigentes.
Práctica en la escuela
En cuanto a las reglas que aprenden los alumnos y profesores, en caso de que se produzca una situación como la que ocurrió en Uvalde, Joanne, una maestra retirada de San Antonio, que dio clases durante 32 años, recuerda cómo ella y sus alumnos estaban acostumbrados a practicar para que un ataque no los tomase por sorpresa.
«Sé que todos los protocolos y salvaguardas se aplican para mantener a los niños seguros, sobre todo ahora con toda esta violencia. Y simplemente me rompe el corazón que quizá no pudieron poner en práctica en esta ocasión lo que habían practicado: apagar las luces, cerrar las puertas, no abrirlas hasta que alguien lo haga con una llave, (cuáles son) los lugares en los que esconderse… «, dice Joanne .
«Yo solía hacerlo, solíamos practicarlo y sé que estos niños para estas alturas del año lo habrían practicado al menos un par de veces», añade.
Para quienes se preguntan si además de protocolos, no debería haber seguridad en las escuelas, Monique, quien tiene un hijo que va a segundo grado en la Escuela Primaria Robb, dice que nadie está preparado para algo así.
«Somos un pueblo pequeño. La gente dice ‘¿por qué no hay seguridad en la escuela, como en los grandes edificios?’. Pero esto es un pueblo pequeño de Texas. Disfrutamos estando al aire libre, todo el mundo conoce a todo el mundo aquí», le dice a BBC Mundo Monique.
«No hay peligros aquí. La principal amenaza que hemos tenido han sido los inmigrantes en situación irregular de la crisis de la frontera. Pensábamos que ese era nuestro único problema», comenta.
La policía sólo actúa solo cuando el sospecho o no ,está desarmado! Le caen encima hasta 5 policías hasta tumbarlo o quizá matarlo.
La policía no se arriesga por latinos o afrodescendientes, si la escuela estuviera ubicada en Litle Rock, AR, fuera otra la noticia.
Todas estas matanzas-genocidios en sectores segregados, aislados de ciudadanos no europeos son diseñados para que sean vulnerables producto del racismo y la descrinacion institucionalizado desde Federal, Estado, y Municipal que viven sus padres.SHAME