El estadounidense Luke Aikins estableció un nuevo hito mundial en la historia de los deportes extremos, al cambiar de avión en pleno vuelo durante una prueba conjunta con su compatriota Andy Farrington en Phoenix, Arizona, Estados Unidos.
El desafío, denominado Plane Swap y transmitido a todo el mundo por RB TV, demandó una ingeniería de un plazo mayor a un año para poder ejecutarse y pudo cumplirse en un 50 por ciento ya que Farrington logró concretar el intercambio de aeronave con éxito.
Cada aviador despegó un Cessna 182 de tres hélices y 230 caballos de fuerza, la elevó a una altitud de 4300 metros y la colocó en posición de caída libre a una velocidad promedio de 225 kilómetros por hora.
Fue entonces cuando ambos saltaron al vacío con un paracaídas para poder conducirse a la unidad de su compañero, algo que sólo pudo lograr Aikins en una hazaña nunca antes vista en la aviación deportiva. Farrington, en cambio, quedó sin posibilidades de alcanzar el otro avión, que perdió su dirección presuntamente por una falla de gravedad, por lo que debió tocar tierra por sus propios medios, sin sufrir ninguna consecuencia física.
Los aviones contaban con un sistema de piloto automático para mantenerse en la dirección necesaria, un dispositivo de frenado para no tomar una velocidad desmedida y también con un mecanismo para disminuir el impacto de una precipitación al suelo.
Aikins, de 48 años, y Farrington, de 39, son dos primos estadounidenses expertos en la disciplina BASE jumping, que consiste en dar saltos al vacío desde objetos fijos (edificios, antenas, viaductos o puntos geográficos) y descender en forma segura en paracaídas. Provenientes de familias de aviadores, ambos son considerados mundialmente como dos de los “Reyes del Cielo” y suman de forma conjunta cientos de pruebas extremas.
Aikins, también fotógrafo aéreo, fue entrenador de la Marina de Estados Unidos y asesor de seguridad y capacitación de la Asociación de Paracaidistas de su país. Entre sus hitos personales, consta un lanzamiento desde un avión sin paracaídas ni trajes de alas a una altura de 7620 metros para caer a una velocidad de 193km/h sobre una red de 30 por 30 metros en Simi Valley, California, el 30 de julio de 2016.