Un bar de la ciudad de Tybee Island (Georgia, EE.UU.) se vio obligado a cerrar sus puertas debido a la pandemia de coronavirus que azota al país. Tanto los músicos que solían actuar en el local como el resto de trabajadores sufrieron las consecuencia financieras, pero Jennifer Knox, dueña del The Sand Bar, tuvo una idea para mitigar la falta de ingresos de sus empleados valiéndose de la especial decoración de su negocio.
Por cerca de «14 o 15 años», las paredes y el techo del establecimiento permanecieron recubiertos con billetes de distinta denominación, donados como propina por sus clientes. No obstante, Knox decidió retirarlos y donarlos a sus trabajadores, según narró.
«Miramos a nuestro alrededor y pensamos: ‘tenemos dinero en las paredes y tiempo en nuestras manos’. Simplemente sentimos una urgente sensación de bajar esos dólares y ponerlos en manos de quienes los necesitan», confesó.
Con la ayuda de cinco voluntarios y trabajando durante más de tres días sin parar, pudieron desengrapar y despegar un total de 3.714 dólares. Esa cantidad fue dividida entre los cuatro camareros y los dos músicos que desde que empezó la pandemia no han podido trabajar.
Ahora el bar ha abierto una cuenta en la plataforma de transferencias Venmo para que sus clientes y seguidores puedan hacer donaciones a otras personas que se han quedado sin trabajo en restaurantes y locales comerciales del estado.
Además de haber aportado generosamente, Jennifer cree que su decisión le ha dado un aspecto «nuevo y fresco» al lugar. Asimismo, afirma que cuando The Sand Bar vuelva a abrir sus puertas no planean reiniciar su colección de billetes, pero asegura que encontrarán alguna manera para que los parroquianos se sientan parte de él como en el pasado.