Las nuevas investigaciones sobre la filtración de imágenes del accidente de Kobe Bryant llegaron al hallazgo de que uno de los agentes encargados, compartió las fotos en un bar.
El agente del Departamento del Sheriff del condado de Los Ángeles, fue denunciada por un testigo cuando el policía compartió las imágenes en un bar, sin embargo, la demarcación intentó ocultar esa información, por lo que los elementos borraron las fotografías de su celular.
En Estados Unidos, la divulgación no autorizada por policías de fotos de una escena de crimen o siniestro está penado por la ley y es considerado un delito que podría costarle incluso la cadena perpetua al responsable de la filtración.
El 28 de febrero, el sheriff de Los Ángeles comunicó que «está profundamente perturbado» ante el hecho de que los oficiales puedan haber participado «en un acto tan insensible», por lo que señaló que se llevará a cabo una «investigación minuciosa, cuya prioridad número uno es la de proteger la dignidad y privacidad de las víctimas y sus familias».